En España es tradición acudir al cementerio a honrar a los seres queridos el Día de Todos los Santos. Eivissa no es una excepción y por eso los principales camposantos de la Isla recibieron la visita durante todo el día de multitud de personas que, cargados con flores de todo tipo y color, decidieron recordar a sus personas fallecidas.
Además, tras una mañana de miércoles lluviosa, el tiempo de ayer decidió dar una tregua y dejó salir el sol para permitir que se pudieran visitar las tumbas sin necesidad de llevar el paraguas. Algo que, sin embargo, no hubiera frenado la afluencia de familiares. «A mi me hubiera dado igual que hubiera llovido porque mis familiares se merecen que, por lo menos una vez al año, les traigamos flores», aseguraba Josefa, a la puerta del cementerio de Sant Antoni.
Uno tras otros, los cementerios no pararon de recibir visitantes durante toda la jornada. Tal y como aseguraba Laura, en el cementerio de Sant Mateu «desde Sant Mateu a Santa Eulària, desde Vila a Sant Joan, todo el mundo tiene, desgraciadamente, alguien al que llevar flores en algún cementerio de la Isla y por eso no puedo entender aquellos que olvidan estas cosas y deciden estar viendo la televisión o en el bar en lugar de acudir a rezar a las tumbas de sus seres queridos».
En este mismo lugar, Fina aseguraba que «siempre que llega esta fiesta traigo un ramo para recordar a cada uno de mis muertos porque mis abuelos están enterrados aquí y mi madre y mi padre también, aunque él era de Sant Agustí».