El Obispo de la Diócesis de Eivissa y Formentera, Vicente Juan Segura, ha asegurado que la renuncia del Papa Benedicto XVI es «sorprendente e inesperada por el momento en el que se produce» y ha añadido que «nos deja una grandísima lección, que es la confirmación de la gran idea que tenemos sobre la persona del Santo Padre y sobre la manera en la que ha estado ejerciendo su ministerio papal».
«En el libro 'Luz del Mundo' el Papa ya lo dijo claramente y recordaba que si sufría una incapacidad, debía dimitir y tenía el derecho a hacerlo. Hemos tenido casi ocho años de pontificado y de trabajo intensísimo y toda la personalidad de Ratzinger se ha visto reflejada después en la figura de Benedicto XVI», ha explicado.
El Obispo ha destacado que «nos quedará su altísima capacidad teológica, que ha sabido concretar en sus intervenciones, reforzando el contenido de la fe».
Don Vicente Juan ha añadido que su labor «continuará alimentando a la Iglesia y la vida de los cristianos».
«Ha estado sirviendo mientras sus fuerzas se lo han consentido y viendo ahora que esas fuerzas iban decayendo, en el momento actual de la historia y de la incidencia de la fe, ha pensado que hace falta alguien con más fuerza, dejando que sea otro el que vaya adelante».
«Nos deja una grandísima lección y nos queda más clara su capacidad de grandeza y de servir. Cuando uno lee sus palabras, una y otra vez, se da cuenta de lo grande que es este Papa y de lo bien que lo ha hecho», ha insistido.
El Obispo ha recordado que, al principio, «no faltaron quienes, erróneamente, le quisieron presentar como una persona integrista, dura y exigente y, después, ha demostrado que es un hombre servicial, próximo y amable».
«Estos años han servido para que conociéramos un modelo de cristiano, de creyente y de pastor, que nos es de mucha utilidad para vivir la fe como una adhesión personal a la figura de Jesucristo», ha concluido.