Cala Saladeta es una de los pocos rincones de la costa ibicenca que no tiene ni hamacas ni chiringuito, pero esto podría cambiar próximamente si la Demarcación de Costas de Balears lo autoriza.
Según explicó el jefe de este organismo, Juan Carlos Plaza, tienen sobre la mesa dos peticiones de particulares que quieren instalar un quiosco de temporada de como máximo 20 metros cuadrados con un aseo desmontable asociado. Todavía no se sabe si alguno de los dos conseguirá su objetivo, porque se está tramitando el expediente administrativo, que suele estar listo en un máximo de cuatro meses (que es lo que marca la normativa) aunque a veces si hay trabajo se retrasa más.