Creu Roja alertó ayer de un «claro aumento» de la precariedad social de las personas atendidas por la organización debido, principalmente, a la persistencia de la crisis. Así lo dejó claro ayer el presidente de Creu Roja en Balears, Miquel Alenyà, que presentó la memoria de actividad de la entidad de 2012, en un acto en el que estuvo acompañado por el secretario autonómico de la entidad, Joan Batle, y por la coordinadora autonómica, Juana Lozano.
Según explicó Alenyà, desde el punto de vista económico, la recesión continúa y en conjunto, el país sigue estando en muy malas condiciones. Ante este contexto, la organización ha optado por incrementar sus esfuerzos para apoyar a las personas más afectadas por la situación económica.
Ayuda básica
En total, se atendieron 118.153 personas a lo largo del año. De ellas, por ejemplo, se atendieron a 2.007 personas, un 114% más respecto el año anterior, en alguno de los proyectos del plan de empleo, alcanzado algunos de ellos índices de hasta un 30% de inserción.
Otras 10.374 personas recibieron algún lote de ayuda básica o prestación económica y 18.562 fueron atendidas por el área de inclusión social.
El impacto de la crisis, apuntó Alenyà, ha hecho que muchas familias que estaban seguras, tanto social como económicamente, que resistían, se hayan visto obligadas a pedir ayuda y a formar parte de los colectivos programados.
Por tanto, actualmente, no sólo no son inmigrantes sino también nacionales, los que se acercan para pedir ayuda, sobre todo en el tema de la comida.
El 52% de los asistentes son mujeres. El perfil está formado por personas de edades comprendidas entre 25-50 años, con ingresos inferiores a 500 euros y con varios hijos a su cargo.
Por todo, la prioridad de esta organización, además de seguir esforzándose en las actividades sociales habituales, se ha concentrado en seguir ofreciendo los servicios mínimos para las personas necesitadas o el reparto de víveres, vestido, material escolar y paquetes de higiene.