Antonia Caimari, presidenta del Comité de Unicef en Balears, recuerda que en nuestro país la crisis ha agravado la situación de la infancia, si bien aún está establecida una marcada diferencia con lo que se vive en otros países. Caimari visitó ayer Eivissa para presentar una campaña de recaudación de fondos que su organización lleva a cabo en colaboración con Palladium Hotel Group.
—¿Qué situación hay en España?
—Principalmente, hay que diferenciar la pobreza que puede haber en países subdesarrollado de la pobreza relativa que puede haber en un país desarrollado como es España. Con pobreza relativa me refiero a que una familia en España si no tiene unos ingresos superiores a 17.000 euros es pobre, si bien siempre tendrá acceso a recursos básicos como es, por ejemplo, ponerse una vacuna o comer cada día. Hablamos, por tanto, de otro tipo de pobreza.
—¿Hay datos de la pobreza infantil de Balears?
—Tenemos un informe del año pasado que decía que uno de cada cuatro niños estaba por debajo de ese umbral de 17.000 euros. Podemos decir que son pobres, aunque no se asemeja para nada a la pobreza que pueden vivir niños de otros países. En resumen, este informe apuntó que había un 26% de pobreza infantil en Balears, pero hay otras comunidades en las que la cifra es mayor. Para este año estamos elaborando un informe en el que será concretamente de pobreza infantil en nuestras Islas a consecuencia de la crisis que se está viviendo en España. Estas cifras irán por islas.
—¿En qué se basa vuestro trabajo?
—Lo que nosotros hacemos es trabajar en dos vertientes principales: sensibilización y recaudación. Nuestro objetivo es conseguir aliados para que se hagan posible mucha de las cosas que hacemos en otros países, como vacunar a los niños, construir escuelas o formar a profesores entre otras muchas cosas. Ahora estamos trabajando para que no haya explotación sexual ni laboral en esos países subdesarrollados.