Jaume Matas mantenía a sus exconsellers al margen de la supuesta actividad laboral de su mujer como relaciones públicas del hotel Valparaíso. Rosa Puig, Aina del Castillo y Joan Flaquer coincidieron en la segunda jornada del juicio por la contratación de Maite Areal. Los tres contestaron apenas a tres preguntas del fiscal y de la defensa. A la acusación le admitieron que desconocían ese supuesto trabajo y el anterior que tuvo la mujer del expresident en una asesoría laboral y fiscal. Al abogado defensor le respondieron que tampoco sabían que la esposa del acusado había sufrido un cáncer y un aneurisma en esa época, de manera que alejaba el conocimiento que tenían de la vida privada de los Matas los miembros de su Govern. Una situación calcada se vivió con la declaración de José Luis Ballester.
La sesión la abrieron los socios que habían contratado en 2006 a Maite Areal para que captara clientes en su asesoría laboral. Matas y su mujer señalaron que este empleo se frustró porque varios posibles clientes colisionaban con los intereses del president y que por eso, el marido tuvo que buscar el trabajo con el hotelero. Los dos negaron conocer nada de esos supuestos contratos. Miquel Martorell relató que Areal le pidió trabajo en una reunión social: «Me vi en la obligación moral de contratarla» por la amistad que les unía. Más tarde matizó que si aceptó emplearla fue porque sabía que era la mujer del president y que quería «aprovecharse» de esa situación para conseguir beneficios. Sin embargo, señaló que fue un desastre y que Areal no aportó ni un sólo cliente. «El resultado fue fatal, la despedí y punto pelota».
A petición de la defensa compareció el portavoz del PP, Miquel Ramis, para acreditar la amistad entre su tío –el hotelero dueño del Valparaíso– y Matas. Eso sí, a preguntas del fiscal también admitió desconocer el trabajo de Areal en el hotel en un primer momento, aunque dice que lo supo ese año. El exalcalde de Muro Onofre Plomer intervino en una línea similar para recordar que Ramis y Matas se sentaban juntos en una matanza que él organizaba, si bien luego matizó que les guardaba la mesa presidencial.
El presidente de la fundación Kovacs, Francisco Kovacs, compareció para decir que Maite Areal le abordó en la fiesta de la Pascua Militar de 2007 para venderle las bondades del hotel y que gracias a esta gestión volvieron a reservar habitaciones para congresos y actos similares.