Hablar de lucha en defensa del territorio en Balears implica hablar del GOB. El Grup Balear d'Ornitologia i Defensa de la Naturalesa celebra este mes su 40 aniversario. El paso de los años y los momentos de dificultad no han frenado la labor de la principal entidad ecologista de las Islas. Su lucha y trabajo constante no están exentos de críticas y en más de una ocasión su presencia es más molesta que agradable para algunos grupos y sectores.
De todos modos, son muchas las iniciativas que cuentan con el apoyo mayoritario de la sociedad isleña, caso de su gestión en La Trapa. La compra por suscripción popular de la finca a principios de los ochenta consiguió captar la atención de los mallorquines que han mostrado el mismo interés en forma de solidaridad tras el incendio de este verano.
Educación ambiental, formación, estudios de la naturaleza autóctona y cambio climático, entre otros, centran parte de la tarea diaria del GOB que nació, precisamente, a raíz de un grupo de aficionados a la ornitología que decidieron crear una asociación para el estudio y conservación de las aves después de coincidir en un recuento de voltors. Sin embargo, las grandes acciones en contra de la destrucción del territorio constituyen su cara más visible.
Reivindicación
El derribo de los apartamentos de ses Covetes, que se materializó este 2013 después de 30 años de lucha, es un hito histórico que no se entiende sin el GOB. Su reivindicación en contra de las autopistas y la destrucción del territorio es una máxima que ha conseguido el apoyo de gran parte de la sociedad.
La masiva manifestación celebrada en Palma en el año 2007 en defensa del territorio es uno de los mayores hitos de esos 40 años de lucha ecologista, como lo fue la cadena humana en sa Ràpita contra el proyecto de hotel en la zona. Pero no solo se fijan en actos multitudinarios, sino que el GOB está ante cualquier ataque ambiental.