La intención era que cientos de personas se desnudaran ayer en Talamanca y se embadurnaran de una pintura corporal no tóxica para representar a la fauna petroleada por un eventual vertido. Finalmente fueron solo una veintena de activistas los que osaron quitarse la ropa en pleno invierno, pero más de cien personas acudieron vestidas de negro y se tiznaron las manos para apoyar el acto reivindicativo contra las prospecciones petrolíferas. Todo ello para formar parte de una macro-performance organizada por la activista Jil Love, que ya se paseó de esta guisa por Madrid hace unos días.
La performance consistió en lo siguiente. Una veintena de activistas se tumbaron en la arena rodeados en círculo por más de un centenar de personas vestidas de negro, con las manos manchadas y con carteles de ‘no'. Hubo 13 minutos de silencio seguidos de 13 campanadas, como símbolo de que el día 13 de febrero se acaba el período para presentar alegaciones. Después hubo gritos de ‘no, no, no' y la mayoría de ellos acabaron en el mar para desprenderse del supuesto petróleo, que en realidad era una mezcla de tinta natural, de un material llamado xantana y de Cola-Cao. «Es todo natural, no hace daño», destacó Jil Love tras la protesta.
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