Protagonista de una de las páginas de la revista ‘Ling' de la aerolínea Vueling del mes de junio, el ibicenco Aaron Martín Medina (Eivissa, 1992) lleva una vida envidiable desde los 17 años: trabaja cuatro meses al año y el resto lo dedica a viajar. Algunos lo ven incomprensible, aunque él asegura que solo le hizo falta aclarar sus necesidades para darse cuenta que para ser feliz le bastaba con el dinero que gana en los meses de temporada. Asegura que le gusta ayudar y «conectar con la gente», por ello colabora en la escuela alternativa Semillas de Luz y en el centro médico Ayurvida, de medicina tradicional india. Además, trabaja en un huerto dos veces a la semana a cambio de una caja de comida.
_ Cuatro meses trabajando y ocho meses viajando. ¿Te consideras un vividor?
_ Más bien, soy un enamorado de la vida. Gracias a Dios comprendí que podía satisfacer mis necesidades trabajando solo cuatro meses al año, porque mi fuerza vital es aprender. Trabajo en un huerto para conseguir la comida y trabajo en un restaurante cuatro meses para generar dinero y poder comprar gasolina y pagar el alquiler. Comprendí que trabajando muy poquito se puede llegar a ser muy feliz y descubrir el bello mundo que nos rodea.
_ ¿Cuando empezaste a viajar?
_ A los 17 años trabajé por primera vez y ya me fui a Barcelona, donde estuve dos años, pero siempre volviendo a Eivissa en los meses de verano para generar dinero. Luego estuve en Granada para volver a estudiar, en Francia y por último he estado en la India y Nepal. En mi próximo viaje me voy a Nueva York y estoy planeando un viaje para ir a Ushuaïa a ver el Glaciar Perito Moreno.
_ ¿Qué te llevó a romper con el sistema y tomar este rumbo de vida?
_ La motivación para ayudar a la gente. He tenido la oportunidad de tener una calidad de vida que me permite disfrutar de ella. Aprovecho que Eivissa es un icono mundial para intercambiar conocimientos con un amplio abanico de personas. Es un sitio muy pequeño que abre muchas puertas.