El promotor inmobiliario Matthias Khün ha renunciado al proyecto de ampliación del quiosco de Tagomago y aclaró que «no tenía intención de llevar a cabo una actividad de beach club en un chiringuito» ni ha solicitado «nunca» la ampliación del muelle.
El empresario alemán ha comunicado su renuncia a la Demarcación de Costas, tal como anunció ayer el vicepresidente del Consell d'Eivissa, Mariano Juan, que aseguró que Khün ha solicitado retirar el expediente y por tanto «no tendrá ningún efecto».
«Visto que ha pasado el tiempo, que ha habido esta polémica y que no se le ha dado la concesión, el promotor ha solicitado que se archive el proyecto», explicó Juan, que aseguró que Khün ha decidio no seguir adelante con las obras porque «la temporada está muy avanzada y todavía no ha obtenido respuesta», por lo que ha considerado que «ya no son necesarias».
Los motivos
Según el documento presentado a la Demarcación de Costas, los motivos de la renuncia se deben a que «la tramitación de la autorización se ha dilatado bastante en el tiempo», especialmente «en la obtención del informe preceptivo y vinculante del Comité de Red Natura de la Conselleria de Medi Ambient». Es por ello que renuncian «a la ampliación formulada» en el presente año, y se limitarán a la «autorización de la pasada temporada, del año 2013» con la «colocación de 8 mesas y 32 sillas».
El director general de la compañía Isla de Tagomago S.A, Carlos M. Batista, informó que nunca hubo intención de hacer un beach club en el quiosco porque «por sus propias características y dimensiones, no admite otro uso distinto del que tiene y ha tenido siempre, que es además el que se va a seguir manteniendo con los pertinentes permisos y autorizaciones de Costas». En este sentido, aclaró que todas las actuaciones llevadas a cabo «lo han sido siempre con las preceptivas autorizaciones administrativas». Además, Batista aseguró que en estos momentos no quieren entrar «en ningún tipo de valoración», pero que en breve Matthias Khün hará declaraciones sobre el caso de Tagomago.
Demolición
El vicepresidente del Consell recordó que el quiosco funcionó el año pasado con una autorización temporal y que esta temporada no cuenta con ninguna concesión porque «Costas aún no se ha definido». «Como responsables del territorio tenemos dudas de que se pueda llevar adelante», apuntó Mariano Juan, que destacó que se trata de «un área de alta protección», y que si Costas da finalmente la concesión de esta construcción, el Consell «no la permitirá».
La institución insular ha vuelto a solicitar «como acción popular» la demolición del quiosco en cumplimiento de la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Balears (TSJB) de 2004, en la que se ordenaba su derribo «porque había prescrito la concesión anterior».
Por su parte, el alcalde de Santa Eulària, Vicent Marí, aseguró que se trata de «una buena noticia» que haya desistido del proyecto, porque «ya no habrá la actividad de beach club que pretendía llevar a cabo el promotor en Tagomago» y, además, «se preservará así la situación ambiental de la zona». Para Marí, «la presión popular y de las instituciones, tanto del Ayuntamiento como del Consell, le ha hecho abrir los ojos», porque «no es fácil» tirar adelante este tipo de actividad «teniendo en contra a las instituciones más cercanas». Aún así, el alcalde recordó que cabía la posibilidad de que Costas autorizara el beach club, pero que en el momento que «el titular desiste voluntariamente, desaparece esta posibilidad». No obstante, aseguró que el problema no está zanjado, porque el la propiedad había realizado diferentes actuaciones en el quiosco, que tendrá que volver a dejar en su estado original.
El proyecto que presentó Mathias Khün solicitaba la ampliación del aforo con la instalación de 13 mesas y 78 sillas (ahora hay 32), dos baños, una plataforma flotante de 42 metros cuadrados, un solárium adjunto al quiosco de 60,5 metros cuadrados y cinco boyas ecológicas.