La falta de voluntarios en el mes de agosto para el comedor social de Cáritas hace peligrar este servicio durante los fines de semana. Las vacaciones y los trabajos de verano provocan que durante este mes haya problemas para cuadrar al personal voluntario, según apuntó ayer la coordinadora del comedor, Maribel Castillo, aunque confía en que se solucione el problema.
Desde principio de año y hasta el mes de mayo «hemos servido más de 12.000 comidas a más de 110 personas, proporcionadas por la familia Vilás», explicó el Coordinador de Cáritas en Eivissa, Gustavo Gómez, «más o menos las mismas que el año pasado», añadió, esto supone «una media de unas 75 comidas cada día». «Es un servicio que va ligado a un inicio de proceso de cada uno de los asistentes al comedor, para acompañarles en su reinserción social, familiar o laboral», puntualizó Gómez.
El coordinador aseguró que para muchos de ellos «es su única comida caliente del día, aparte del desayuno que servimos todas las mañanas».
El perfil de los asistentes al comedor es de un hombre de entre 30 y 50 años «que está solo y con algún tipo de consumo», explicó Gómez, y añadió que en verano este perfil «cambia un poco» ya que se añaden personas que vienen a hacer la temporada, no encuentran trabajo y no tienen dinero para volver a su país, o incluso el otro día «venía uno pidiendo que le pagásemos el billete a Menorca porque allí había un albergue muy chulo donde le iban a acoger y, mientras, estaba en Eivissa yendo a la playa y saliendo de fiesta» señaló Gómez. De hecho, todos los usuarios del comedor pasan por una entrevista con la trabajadora social del centro para evitar estos casos.
El coordinador destacó que están atendiendo muchos casos de personas con enfermedades mentales, «algunos diagnosticados y otros no», aclaró, y «últimamente tenemos a la policía local aquí, día sí y día también», aunque son casos concretos porque «el 90% de los usuarios del comedor son buena gente», señaló.
Gómez destaca que este año han venido más ibicencos al comedor «cuyas familias ya no les pueden ayudar y «no tienen más remedio que venir, pero les cuesta mucho». Gómez rechazó que se esté saliendo de la crisis, y consideró que «la clase media está desapareciendo y la distancia entre pobres y ricos cada vez es mayor», una afirmación que basa en los informes realizados por el Observatorio de la Realidad Social de Cáritas.