José Vicente Marí Bosó (Eivissa, 1970) presentará la semana que viene los últimos presupuestos del Govern en esta legislatura. Unas cuentas que reflejarán la rebaja fiscal anunciada por el ejecutivo balear.
—¿Por qué el Govern rebaja el tramo autonómico del IRPF en 2015, siendo año electoral, y no lo ha hecho antes?
—Todas las decisiones se toman antes y después de unas elecciones, porque hay elecciones cada cuatro años. Lo podemos hacer ahora porque nuestra Comunitat tiene crecimiento económico y hemos garantizado los servicios públicos esenciales: salud, educación y servicios sociales. No lo podríamos haber hecho antes porque teníamos tasas negativas de crecimiento o crecimientos del 0,3% que tuvimos en 2013. En Balears hemos empezado a salir de la crisis de la mano del sector exterior, de nuestro sector turístico. Desde el Govern hemos puesto las herramientas legislativas para atraer más inversión privada y hemos incrementado la inversión pública, y ahora necesitamos estimular la demanda interna, el consumo, para obtener un mayor ritmo de crecimiento que nos permita tener más ocupación.
—El Govern dejará de ingresar 60 millones de euros. ¿Tendrán dinero para pagar a maestros, médicos y demás funcionarios?
—La previsión del Govern es que en un momento en que crecemos al 1% en 2014 y tenemos la previsión de crecer en 2015 un 2,1%, este crecimiento nos permitirá mantener los niveles de recaudación que tenemos ahora. Así que cuanto más crezcamos, más tasa de ocupación tendremos y, por lo tanto, mayor generación de riqueza. Es importante decir que las políticas públicas se financian con impuestos, no hay otra manera, por lo que es esencial tener un nivel de ingresos adecuado para mantener los servicios públicos de la Comunitat.
—¿Quién se ve más beneficiado de esta rebaja de impuestos?
—Todos los contribuyentes de la Comunitat. En esta reforma del IRPF bajamos todos los tipos entre 3,75 y 2,5 puntos. Los primeros 10.000 euros de todas las rentas tributarán al tipo mínimo, el 9,5%, el tipo más bajo de toda España. Para renta menores de 15.000 euros, que son el 51% de los contribuyentes baleares, se rebaja un 16% de lo que pagaban. Y para rentas inferiores a 53.000 euros, que son el 93% de los contribuyentes, se produce una rebaja de los tipos de entre el 9 y el 21%. También hemos subido el mínimo personal y familiar en tres ámbitos: discapacidad, gente mayor y familias numerosas. Y los hemos subido el máximo que nos permite la ley estatal, un 10%, lo que supone aumentar entre 115 y 900 euros. Y hemos puesto nuevas deducciones que fomentan el estudio de un idioma extranjero, una que fomenta la inversión en I+D+i y otra para energías renovables. En cuanto a los impuesto de sucesiones y donaciones hemos bajado la tributación entre colaterales (hermanos y primos), que tenía una tributación confiscatoria.
—¿Cómo se entiende que el próximo año los isleños recibamos la menor inversión estatal por habitante del país en los presupuestos generales? ¿El Estado discrimina a Balears?
—Con la inversión pública lo que hace el Estado es redistribuir renta entre los diferentes territorios. Las balanzas fiscales publicadas por el Gobierno hace poco, demostraban que tenemos un saldo negativo con el Estado de 1.480 millones de euros. La balanza es la diferencia entre los ingresos que enviamos al Estado y la inversión que éste hace en Balears. Nosotros transferimos al Estado 277 millones de euros. En una Comunitat donde tenemos mayor renta per cápita que otras, es coherente que enviemos recursos, pero lo que no es coherente es que la diferencia sea 1.203 millones [1.480 - 277], ahí es donde tenemos el gran agujero. Pero esto ha sido así históricamente: Hay un estudio del BBVA con el Institut d'Estudis Econòmics de la Generalitat Valenciana que estudia la inversión pública del Estado en las diferentes Comunidades y dice que todas convergen en una media excepto Balears, que se separa de esta media. Tenemos que revertir esta situación y hacer entender al Estado que invierta en infraestructuras públicas en nuestra Comunitat. El Govern no desfallecerá en reclamar inversiones que son necesarias, no es ninguna reclamación nacionalista sino la constatación de un hecho.
—Pero la gente tiene la sensación de que los baleares pagamos la fiesta al resto de comunidades.
—Yo prefiero ser solidario a recibir solidaridad. Pero hay que decir que los ingresos que se derivan del sistema de financiación autonómico no hablamos de solidaridad sino del principio de igualdad. Un ciudadano de Cáceres y uno de Santa Eulària des Riu tienen que tener las mismas oportunidades para acceder a las mismas prestaciones, y esto no se produce. Estamos a la cola en gasto sanitario y en educación porque el sistema de financiación perjudica a nuestras islas.
—¿Qué ha pasado con las inversiones estatutarias? Porque no ha llegado ninguna en toda la legislatura...
—Eran una previsión del Estatuto de Autonomía. Llegaron 300 millones y nos encontramos 157 millones pendientes de justificar. La posición del Estado era: si no has hecho las obras, nos devuelves el dinero. Y lo que hemos estado haciendo es prorrogar los convenios de inversiones estatutarias para no tener que devolver los 157 millones de euros. Esta era una manera de que la inversión del Estado en Balears estuviera en la media nacional, pero no nos hemos acercado.
—¿Sabe cuánto dinero de los 14 millones presupuestados para depuradoras llegarán a Eivissa?
—El conseller de Medi Ambient, Biel Company, confirmó el otro día que se podrían iniciar las licitaciones de las depuradoras de Vila y SantaEulària. Se trata de poder iniciar la construcción de estos dos proyectos vitales para Eivissa. El Govern ya diseñó un plan de inversiones públicas con tres vectores fundamentales que añaden valor a nuestra actividad económica: depuración de aguas, I+D+i y energías renovables. Un hotelero o un restaurador no puede poner los mismos precios en una playa en la que se vierten residuos de depuradoras que en una playa que está limpia. El conseller Company es consciente de que tiene que solucionar el problema de la depuradora de Vila y el emisario de Talamanca. Hemos cumplido con todos los trámites medioambientales y en el primer trismestre del año 2015 esperamos conveniar con el Estado la licitación de estas obras.
—Esta semana el secretario de Estado de Hacienda, Miguel Ferre, dijo en Mallorca –con usted delante– que no pensaba mejorar la financiación de las Illes el próximo año.
—En esto discrepamos el señor Ferre y yo. Creemos que era necesario modificar el sistema de financiación porque perjudica gravemente los intereses de nuestra Comunitat y no cumple el principio de igualdad en la financiación de los servicios públicos esenciales. No creemos que en cada una de las modificaciones del sistema de financiación sea el Estado el que ponga dinero encima de la mesa, sino que lo que hace falta es redistribuir bien y dar competencias normativas a las Comunidades. El problema es que hemos descentralizado los gastos pero no los ingresos.
—¿Cuándo tendremos un nuevo Régimen Especial de Balears (REB)?
—Con el REB hay que cumplir con el sistema de solidaridad y el artículo 138 de la Constitución dice que hay que tener especial atención al hecho insular. Pedimos a la Universitat un estudio sobre el impacto de la insularidad en nuestras islas y estamos manteniendo negociaciones con el Estado para mirar de hacer las modificaciones adecuadas en el REB.
—¿Cómo lleva la confección de los presupuestos?
—Estamos en la recta final, el próximo lunes llevaremos al Consell de Govern el proyecto de ley de presupuestos y el día 30 de octubre entraremos el proyecto en el Parlament.
—¿Nos puede avanzar alguna inversión para las Pitiüses?
—Aprobamos la ley de Financiación de Consells en junio con carácter retroactivo y establecimos en esa ley que los incrementos de ingresos de la Comunitat revertirían automáticamente en incrementos de ingresos de los Consells. Y los presupuestos reflejarán esto.
—¿Qué ha cambiado en cuanto a gestión económica desde que ustedes gobiernan?
—La crisis ha hecho cambiar muchas cosas en el comportamiento de las administraciones públicas, y deberías conservar estos cambios. En materia económica hemos puesto orden en las cuentas y, con independencia de una política más o menos acertada, creo que el legado de esta legislatura será el de las intensas reformas políticas.
—¿Y los ciudadanos hemos aprendido algo de esta crisis?
—Creo que sí, todos hemos aprendido de que vivir del crédito es complicado porque hay que devolverlos. Y los propios prestadores espero que hayan aprendido que hay que ser prudentes en la concesión de créditos.
—¿Y su futuro político? ¿Le veremos en Eivissa en primera fila de la política o esto ha sido un paréntesis en su vida profesional?
—Ahora toca hablar de presupuestos y continuar trabajando para decirles a los ciudadanos baleares en mayo de 2015 que no hemos defraudado la confianza depositada en nosotros, las cosas estaban así en 2011y hoy están de esta manera. El tiempo dirá.