El presidente de la Asociación de Familiares con Discapacidad de las Pitiüses ‘Sa Colometa', Vicent Tur describió ayer de la situación de estas familias como desesperada y aseguró que se sienten «decepcionadas».
Recordó que aún no se han puesto en marcha las 36 plazas para personas con discapacidad en la residencia de Can Raspalls en Sant Jordi, cuando el centro lleva ya siete años construido y casi cuatro inaugurado. Mientras la consellera insular de Benestar Social, Mercedes Prats, declaraba el martes que esperaba que los plazos de publicación de los pliegos de condición fueran cortos para poder abrir la residencia cuanto antes, Tur aseguraba que las familias están «cansadas de esperar y de falsas promesas por parte de la administración», por quien se sienten «olvidados».
También se quejó de la falta de personal en el Centro de Día de Can Raspalls, dónde dijo, sólo dos monitores atienden a 24 chicos. También en el Centro Ocupacional de Cas Serres que «da servicio a 34 usuarios a través de ocho monitores». Además, lamentó que «las expectativas para el próximo año sean reducir todavía más el personal, aunque haya lista de espera de usuarios en los dos centros».
Otro tema objeto de preocupación por parte de las diferentes asociaciones es el servicio de transportes a los centros. Tur aseguró que está «saturado» y que «el convenio firmado entre el Consell d'Eivissa y la Cruz Roja es insuficiente».
Unas declaraciones que formaban parte de un manifiesto que harán llegar al presidente del Consell d'Eivissa, Vicent Serra, y que desde Sa Colometa i la asociación Los Olvidados habían preparado conjuntamente. Vicent Tur fue el encargado ayer de leerlo en un acto reivindicativo coincidiendo con el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, que concentró en el bar del Hotel Pacha a decenas de miembros de diferentes agrupaciones afectadas por la situación, como APNEEF, APFEM o la Plataforma Socio-sanitaria de las Pitiüses. Los allí reunidos barajaron la posibilidad de llevar a cabo otras acciones reivindicativas como manifestaciones o concentraciones ante la puerta del Consell para dar voz a demandas que, dicen, tienen ya más de 20 años de antigüedad.