El Hotel Montesol tiene sus días contados. Así al menos lo confirmaron ayer fuentes de los trabajadores de este emblemático establecimiento situado en el paseo de Vara de Rey de Vila tras la reunión que mantuvieron los propietarios, los trabajadores y los abogados para establecer el proceso definitivo del cierre del establecimiento.
De momento, la empresa propietaria de sus derechos, Eivibrokers S.A., propiedad de Khalid Rodan, exdueño de la discoteca El Divino, no ha querido confirmar ni desmentir la noticia. Sin embargo, lo que si está claro es que el edificio, que cuenta con una estrella de categoría y capacidad para 84 plazas distribuidas en 29 habitaciones dobles y 26 individuales, no podrá tener usos comerciales después de que la ponencia técnica del Plan Especial de Protección y Reforma Interior del Ayuntamiento de Eivissa (Pepri) rechazara esta opción en diciembre de 2013.
En este sentido, dicho informe recordó que el inmueble en el que está situado el que fuera el primer hotel de la ciudad de Vila y considerado como la construcción más emblemática del maestro de obras ibicenco Joan Gómez Ripoll, Mestre Campos, tiene una conservación de grado 1 según el artículo 101 del Pepri de la zona de sa Penya, la Marina y el Eixample en el que se protegen «los edificios de carácter singular y de un importante valor arquitectónico de toda la ciudad de Vila».
Gran Hotel Ibiza
El actual Hotel Montesol, construido durante la década de los años 30 del pasado siglo en estilo colonial está considerado como uno de los edificios más emblemáticos de toda la isla. Su primer nombre fue el de Gran Hotel Ibiza, y como tal fue inaugurado un 4 de junio de 1933. Desde sus primeros pasos fue uno de los establecimientos más lujosos de Eivissa, convirtiéndose rápidamente en punto obligado de hospedaje para los primeros turistas que llegaban al puerto de Vila en los cada vez más numerosos cruceros.
Posteriormente, y tras ser ocupado por el ejército nacional entre los años 1936 y 1945, cambió su nombre, pasó a llamarse Hotel Ibiza y comenzó a hacer publicidad en prensa nacional y extranjera y proyecciones en cines y teatros incluyendo el prestigioso Liceo de Barcelona.
Posiblemente la década de los 50 fue una de las épocas más gloriosas de este hotel, ya que representaba casi una cuarta parte del total de plazas hoteleras disponibles en toda la isla y el precio de la pensión completa oscilaba entre 55 y 65 pesetas, y una estancia de ocho días costaba aproximadamente 582 pesetas.
Finalmente, en 1958 adquiere su actual nombre, Hotel Montesol, y tras ser testigo de las principales revoluciones que ha vivido la isla en 2002 es declarado Bien de Interés Cultural, algo que impide que no pueda ser reconvertido en otro uso que no sea el hotelero.