José Ramón Bauzá tiene confianza en seguir cuatro años como presidente del Govern aunque sea mediante pactos y asegura que, una vez superada la «situación dramática» que heredó, podrá acentuar su programa económico «reformista y liberal». «Anunciaremos bajadas de impuestos», adelanta.
«Nuestra intención es seguir bajando al máximo todos los impuestos», señala Bauzá tras admitir que no pudo cumplir esta promesa al inicio de la legislatura porque peligraba «la estabilidad de los servicios esenciales públicos».
En una entrevista con Efe, el líder del PP balear afirma: «Nos podemos plantear aumentar los recursos en educación y sanidad ahora, porque tenemos un crecimiento previsto del 2 %».
Pero cuando él accedió al Consolat de Mar, los servicios públicos «eran insostenibles» y su Govern se ha volcado en «hacer mucho más con mucho menos», que es una premisa que deberá regir la gestión de la comunidad en el futuro, indica.
Bauzá cree que con una buena campaña electoral podrá contradecir los sondeos que le auguran una pérdida de la mayoría absoluta. «Hace cuatro años en estas mismas fechas tampoco nos daban la mayoría absoluta» y finalmente el PP logró 35 de los 59 diputados del Parlament, remarca.
Sabe que parte de sus votantes de 2011 están descontentos, pero defiende su gestión: «Hemos tenido que tomar muchísimas decisiones muy complicadas, muy difíciles y tan impensables como imprescindibles».
«En la crisis se entra de golpe, pero se sale muy poco a poco» y las medidas necesarias para ello han afectado a personas de todo el espectro electoral, explica. «Hemos gobernado para todos, porque si no los nuestros no estarían descontentos», subraya el candidato.
Pero cree que «se están viendo los resultados» de su política, particularmente en el descenso continuado del paro interanual durante casi dos años y medio y en la creación de empleo 23 meses seguidos.
Bauzá espera que la ciudadanía aprecie esta mejora y vuelva a dar al PP mayoría absoluta, pero no descarta gobernar en minoría, «bien sea en gobiernos con acuerdos puntuales o bien sea en gobiernos con coalición», pero siempre con su partido al frente, porque es «el único que puede garantizar la estabilidad que necesita la sociedad».
Pese al rechazo del PSIB, insiste en dejar abierta la opción de pactar con los socialistas, porque «un acuerdo entre las dos fuerzas mayoritarias sería positivo para seguir generando estabilidad a medio y largo plazo».
A Podemos, que define como el «tren al que suben todos los descontentos» sin saber «a dónde van ni quién conduce», no lo considera su rival, sino el del PSIB. De Ciudadanos dice que su discurso «suena bien» pero que carece de experiencia de gestión.
El mayor hándicap con el que se ha encontrado a la hora de enderezar las cuentas públicas ha sido un sistema de financiación autonómica «perverso con los ciudadanos de las Islas Baleares».
Aunque lamenta que ni siquiera se haya avanzado en «un borrador básico de reforma» con el Gobierno de Mariano Rajoy, ve un gran paso que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, admita que el reparto de fondos entre regiones es lesivo para el archipiélago y está persuadido de que la mejora de la economía permitirá un cambio favorable para las islas «sin más dilación» la próxima legislatura.
En la misma línea, entiende que están sentadas las bases para seguir creando empleo, con 10.000 nuevos puestos de trabajo previstos para este año, y rechaza las críticas sobre la calidad de los contratos que se firman. «No hay mayor precariedad que no tener un puesto de trabajo», recalca.
En relación a su política educativa, marcada por la contestada imposición del Tratamiento Integrado de Lenguas (TIL), asume errores sin precisarlos: «Seguramente que nos habremos equivocado en algo en la aplicación del trilingüismo, porque si no ya estaría plenamente establecido», aunque promete que la introducción del inglés en la enseñanza en equilibrio con catalán y castellano «es irrenunciable».
El presidente del Govern se declara «defensor de la dación en pago», pero sostiene que en su ámbito de actuación ha hecho todo lo posible para atenuar el impacto de los desahucios.
Bauzá hace gala de que «si hay algún partido que haya luchado y actuado contundentemente contra la corrupción ha sido el PP de las Islas Baleares», que estableció y mantiene la exclusión de imputados en sus listas.
Afirma que estas medidas van en beneficio de toda la clase política porque «la sociedad no identifica si la corrupción es de un partido o de otro, sino que mete a todo el mundo en el mismo saco».
El presidente del Govern, que no teme ser imputado por la querella contra él sobre los concursos de farmacia, se desvincula completamente de los casos de corrupción de la etapa de Jaume Matas, incluida la presunta financiación ilegal de la sede regional del partido. «El actual PP no tiene nada que ver con el pasado», enfatiza.