Un total de 24 escolares con edades comprendidas entre los 8 y los 14 años y procedentes de diferentes centros educativos de Eivissa participan durante esta semana en un interesante taller de Arqueología Experimental, organizado por el gabinete didáctico del Museo Arqueológico de Eivissa en colaboración con la Asociación de Amigos del Museo.
Esta actividad, que se desarrolla en las instalaciones de la casa payesa de Can Porxet hasta el próximo viernes, tiene por objetivo según explicó Carmen Mezquida, historiadora y coordinadora del gabinete didáctico del Museo Arqueológico «realizar toda una serie de actividades que están relacionadas con el estudio de nuestra propia historia y con las diferentes culturas que nos han legado su herencia, como es el caso en Eivissa de los fenicios y de sus descendientes, los púnicos».
Viajando en el tiempo
Aprovechando los días sin clases en las aulas por las vacaciones de Semana Santa, este taller de Arqueología Experimental «se plantea como un salto en el tiempo para proporcionar así a los escolares un mayor conocimiento sobre los pueblos de la antigüedad y su relación con todos nosotros», aseguró Mezquida.
De este modo, los escolares realizarán durante estos días un imaginario viaje comercial en el que los alumnos visitarán los puertos de origen de los fenicios en las riberas del Mediterráneo Oriental. Allí podrán conocer la organización de sus ciudades-estado, sus costumbres y las técnicas que empleaban para manufacturar los productos con los que comerciaban después con otros pueblos vecinos.
A lo largo de estos días, compaginando teoría y prácticas al aire libre, aprenderán que los antiguos cananeos recibieron de los griegos el nombre de ‘fenicios'. Dicha palabra significa en griego ‘rojo o púrpura', y con ella se les designó debido presumiblemente a los preciados tintes de color púrpura con los que comerciaban los navegantes de Tiro».
En este sentido, Mezquida detalló que «los alumnos han podido recrear con sus propias manos las técnicas utilizadas para la elaboración de ese tinte». Una técnica que los antiguos fenicios guardaban bajo un estricto secreto, y que realizaban con las glandulas hipobranquiales extraídas de las conchas de un tipo de caracol marino llamado Murex.
Así, a través de diferentes juegos y actividades, los niños van reteniendo mejor los datos y los conocimientos que se les van proporcionando. «A menudo te das cuenta de detalles que posiblemente has pasado por alto, pero que los niños advierten desde una perspectiva totalmente distinta a la que tenemos los adultos. Te hacen pensar y reflexionar acerca de lo que les estás contando, mirando esa misma cuestión con otros ojos», comentó Juanjo Marí, arqueólogo y monitor del taller.
Así pues, hasta el próximo viernes, este grupo de alumnos se adentrará en los misterios de la cultura y la civilización de los fenicios y conocerán además, su relación con otros grandes pueblos como los griegos, los egipcios, sus propios descendientes cartagineses o los romanos.