El Oceanográfico de Valencia liberó el pasado 15 de julio una tortuga boba llamada Diana, una hembra de entre 10 y 15 años que pesa 25 kilos y que fue rescatada en el año 2013, según informa el periódico digital La Marina Plaza. En septiembre de aquel año, la tortuga fue avistada por una embarcación en aguas de Alicante flotando con una extremidad enredada en una bolsa de plástico. Los tripulantes llamaron al 112 y la tortuga fue rescatada y trasladada al Oceanográfico de Valencia. Según informa el rotativo, el ejemplar tenía la aleta derecha muy dañada y necrosada, por lo que al final se la amputaron.
Tras superar un año y medio de recuperación, la tortuga Diana fue liberada el pasado día 15 y gracias al dispositivo GPS que se le incorporó se comprobó que el animal llegó al litoral del norte de Eivissa en las cercanías de Portinatx. Esta tortuga fue liberada en Dénia entre el ARCA del Mar del Oceanográfico de Valencia conjuntamente con el Ayuntamiento de la localidad.
Se trata, pues, de una buena noticia en un verano marcado ya por la muerte de tres ejemplares de tortuga boba en aguas de las Pitiüses.
La principal causa de muerte de estas tortugas es la provocada por la ingesta de anzuelos relacionados con las artes de pesca, mientras que en segundo lugar se encuentran los plásticos que flotan a la deriva y hacen que se enreden en ellos hasta morir o bien que se los traguen. En tercer lugar se encuentran los golpes en el mar por embarcaciones.
Las recomendaciones cuando se encuentra un ejemplar de estas tortugas es llamar al 112 para que activen el protocolo de rescate, evitar tocarlas, molestarlas y no emitir sonidos estridentes, gritos ni luces. Tampoco es recomendable hacerles fotos ni pisar su rastro. La tortuga boba es una especie que se encuentra en peligro de extinción principalmente por la pesca de palangre, de arrastre y por los golpes de las embarcaciones, así como por la ingesta de plástico.