El pasado mes de mayo Palladium Hotel Group anunció la inversión de más de 400 millones de euros para la construcción de un complejo hotelero en Playa Mujeres (México) ante la situación de «bloqueo» que sufría el plan de excelencia que el grupo empresarial había planteado para Platja d'en Bossa.
«Un proyecto hecho por ibicencos para los ibicencos». Así definía Abel Matutes Juan, presidente del Grupo de Empresas Matutes, en febrero de 2013 su plan para transformar Platja d'en Bossa en una zona de lujo «cinco estrellas».
Inversiones
Para ello, el grupo hotelero tenía previsto invertir 300 millones de euros para la construcción de un gran centro comercial de 50.000 m2 con 3.000 plazas de aparcamiento (en sus planes actuales se ha reducido la cifra a poco más de 1.800 plazas), cines, un hipermercado, restaurantes y locales para medianas superficies; un apartahotel de cinco estrellas, y un residencial asociado a un campo de golf de 18 hoyos.
El plan también preveía 56.000 m2 de zonas verdes, un puente para peatones por encima de la carretera hacia el aeropuerto que conectara la zona con el pueblo de Sant Jordi y «el complejo deportivo más grande de la isla». La intención del hotelero era poder tenerlo todo listo en 2018, y para ello pedía a las instituciones «una vía rápida para ponerlo ya en marcha», ya que los terrenos propiedad del grupo empresarial están clasificados como suelo rústico.
Una solución vía decreto que en 2014 descartaron tanto el Govern balear como el Consell d'Eivissa, a pesar de que su situación era similar a la de la Platja de Palma, cuya reforma sí consiguió el beneplácito de las instituciones.
Además del campo de golf, el proyecto que despertó más reticencias fue el del centro comercial. Una instalación que no fue vista con buenos ojos desde la Pimeef.
Desde la negativa de las administraciones públicas, la estrategia de Palladium pasa por presentar los proyectos de forma individualizada, como ahora ha hecho con la zona deportiva y el aparcamiento.