Al menos una docena de taxistas ‘piratas' quebranta cada día la ley para transportar turistas de manera ilegal desde el aeropuerto a distintos puntos de la isla. Este grupo de taxistas ilegales burla la ley y esquiva la presencia de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado para transportar personas durante los meses de temporada alta. Aunque el colectivo de taxistas legales les tiene declarada la guerra, varios grupos de ‘piratas' continúan ejerciendo con total impunidad en el aeropuerto de es Codolar, como ha comprobado PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA en un reportaje que continúa en las páginas siguientes.
Los ‘piratas' actúan de manera individual aunque colaboran en grupo para no incurrir en delitos a ojos de la Policía y la Guardia Civil. De hecho, conocen los horarios en los que hay presencia de agentes en los accesos a la terminal y, según denuncian varios taxistas, cuentan con chivatos en los alrededores que alertan de su llegada para abandonar el aeropuerto y no levantar sospechas.
Varios de estos taxistas ilegales son de origen árabe mientras otro grupo procede de Europa del Este. Ambos desafían casi a diario a los reglados, situándose en la misma puerta de llegadas –en un punto muerto para las cámaras de seguridad– e incluso en el recibidor de pasajeros, en el interior de la terminal. Entre sus clientes predilectos se encuentran los británicos, los del norte de Europa, Australia o Norteamérica; es decir, aquellos que manejan un mayor poder adquisitivo. Su manera de actuar es sencilla: ofrecen su servicio de ‘taxi', negocian un precio y acompañan a los clientes al coche tras sacar el ticket del aparcamiento.
El aeropuerto no es el único punto en el actúan estos intrusos del transporte privado, también lo hacen en discotecas, hoteles y playas concurridas como ses Salinas. Según varios testimonios que han recogido taxistas legales, algunos ‘piratas' muestran una actitud agresiva hacia sus clientes, conducen de manera temeraria y cobran un precio superior al pactado una vez llegan al destino.
Dos jóvenes pasajeras suizas narraron su «mala experiencia» con un taxista ilegal que les pidió «el doble» de lo acordado. «Fue terrible, iba muy rápido, sin control, y temíamos tener un accidente. También nos quería cobrar por entrar a un aparcamiento gratuito y nos decía que era para ‘la familia'. Era muy agresivo y fue muy peligroso», lamentan. En otro testimonio, dos turistas italianos cuentan cómo «siete u ocho personas» le ofrecieron taxi en las Salinas «en coches de alquiler». Ante su negativa, fueron objeto de todo tipo de insultos y vejaciones.
LA CIFRA
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‘PIRATAS'. Al menos una docena de taxistas ilegales actúan de manera coordinada en el aeropuerto de es Codolar y conocen los horarios en los que patrullan los agentes del orden.