Roberto Llamas (Alicante, 1971) dirige el aeropuerto de Eivissa desde hace tres años, una labor que afronta cada día como un reto personal debido a la estacionalidad de la infraestructura. A punto de dar por concluida la temporada de verano, Llamas asegura que este año se superarán los 6,2 millones de pasajeros que se consiguieron en 2014.
—¿Cómo ha ido la temporada en el aeropuerto de Eivissa?
—En el acumulado hasta agosto llevamos 4,7 millones de pasajeros y todo parece indicar que superamos los 6,2 millones de pasajeros del año pasado. Las cifras de la temporada son muy positivas, no sólo por la cantidad sino por la calidad, ya que hemos incrementado el nivel de satisfacción de los pasajeros. Desde hace tres años estamos dentro de un programa de encuestas de satisfacción al pasajero de ASQ, que pertenece a la asociación internacional de aeropuertos ACI. Dentro de este programa, en el que participan aeropuertos de todo el mundo, se pregunta sobre 36 aspectos relacionados con la calidad del servicio al pasajero y se obtiene una puntuación de uno a cinco. En la temporada alta de 2014 obtuvimos una media de 3,8 y este año hemos alcanzado el 4 sobre 5. Es un tema que personalmente me llena de satisfacción porque es fruto del esfuerzo de toda la plantilla del aeropuerto de Eivissa, de la que me siento muy orgulloso.
—El aeropuerto de Eivissa es el único de Balears que ha crecido en pasajeros en estos años de crisis, ¿qué momento diría que está viviendo la infraestructura?
—Está en continuo crecimiento en cuanto al tráfico de pasajeros. Un dato que me parece relevante e interesante es que en agosto, que es el mes de mayor actividad, hemos tenido en los últimos diez años un crecimiento del 55%; en agosto de 2005 contabilizamos 840.000 pasajeros y en agosto de este año hemos movido a 1,3 millones de pasajeros. El aeropuerto de Eivissa inauguró hace tres años la ampliación de su terminal para dar cabida a los crecimientos de la demanda.
—En la actualidad se debate si Eivissa debe limitar su crecimiento turístico o no, ¿el aeropuerto de Eivissa tiene aún margen de aumento en pasajeros?
—El objetivo del aeropuerto es adaptarse a la demanda, pero la pregunta es si la isla seguirá creciendo en cuanto a turistas. Si esto se produce, el aeropuerto se adaptará a la demanda porque todavía tiene espacio para crecer, sobre todo entre semana y por las noches. Mientras exista demanda tendremos que seguir adecuando la infraestructura. De lunes a jueves, en julio y agosto, el aeropuerto de Eivissa mueve en torno a 45.000 plazas entre llegadas y salidas, mientras que el fin de semana (viernes, sábado y domingo) esta cifra se incrementa hasta las 55.000. El aeropuerto está para servir a la isla, por lo que tiene que ser capaz de leer las tendencias de crecimiento e ir adecuando sus infraestructuras.
—El Consell primero dijo que no estaba a favor del proyecto de ampliación del aeropuerto porque se destruían elementos etnográficos. AENA ya ha anunciado que los protegerá, ¿qué relación mantienen con la máxima institución insular?
—Con el Consell d'Eivissa existe una coordinación y comunicación fluida. No tenemos ningún problema y lo que hemos hecho es invitar al Consell a venir al aeropuerto para visitar cada uno de los elementos que estaban afectados por la ampliación. La voluntad de AENA es respetar los intereses de la isla y respetar el que se quiera conservar unos bienes de interés patrimonial. Ahora mismo estamos haciendo la adaptación del proyecto para salvar cada uno de los elementos etnográficos, como casas payesas, corrales o molinos.
—¿Esta adaptación del proyecto implica una reducción de la plataforma?
—Dentro de esta actuación global hay que diferenciar dos proyectos. El primero es la ampliación de la plataforma de aviación general, lo que popularmente se conoce como aviación ejecutiva o jets privados y el otro es la demolición de los elementos expropiados en el año 2012. En la plataforma actual caben 25 aeronaves de menos de 18 metros de envergadura, que son los que más se mueven en el aeropuerto de Eivissa. Además del crecimiento de la plataforma, que pasará de los 50.000 metros cuadrados actuales a los 80.000 metros cuadrados, se prevén adaptaciones cumpliendo con el referencial de Organización de la Aviación Civil Internacional (OACI), como dotar a la plataforma de viales de servicio o iluminación. Es preciso señalar que se demolerá la plataforma actual y se hará nueva, además de ampliarla, porque es importante que se renueve y tenemos el compromiso con la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) de que para verano de 2017 debe adecuarse en cuanto a configuración de los estacionamientos. Esto quiere decir que si no ampliamos la plataforma para aviación ejecutiva tendremos que repintar la actual y se podrían ver reducidos el número de estacionamientos. El segundo proyecto dentro de esta actuación general es demoler aquellas edificaciones sin valor patrimonial que se expropiaron en 2012, como naves industriales, y que suponen un peligro de seguridad. En estos elementos expropiados hay casas payesas, corrales y norias, por ejemplo, que conservaremos. Estas dos actuaciones se ven como un conjunto, que actualmente está en fase de tramitación ambiental. Desde el aeropuerto de Eivissa y desde AENA estamos abiertos al diálogo y cualquier duda que tengan en el Consell d'Eivissa la resolveremos, ya que somos sensibles al patrimonio de la isla. El objetivo que tenemos es iniciar los trabajos después de la temporada de 2016. Con la renovación y ampliación de la plataforma pasaremos de los 25 jets actuales a 34.
—¿Cómo ha ido la temporada en jets privados?
—De enero a agosto de este año llevamos un incremento del 12% cuando la aviación comercial se ha incrementado un 4,2%. Esto significa que hay una demanda creciente de movimientos de jets privados.
—A nivel económico, ¿qué supone para el aeropuerto de Eivissa la aviación privada?
—En cuanto a volumen de negocio representa mucho más la aviación comercial. Sobre las tarifas influyen muchas variables, pero si se trata de un jet privado pequeño, como los que mayoritariamente entran en la plataforma de aviación general que entra para 48 horas, estaríamos hablando que genera un ingreso de en torno a 200 euros; no es una cantidad muy significativa. Lo que pretendemos es dar servicio y consideramos que el aeropuerto es uno de los ejes de la economía de la isla, con lo cual tenemos que ser capaces de interpretar cuáles son sus necesidades y cubrirlas.
—¿Es necesaria la ampliación pese al carácter estacional del turismo de jets privados?
—Somos el aeropuerto más estacional del mundo en aviación comercial, según el organismo internacional ACI. No hay una categorización en cuanto a jets privados, pero seguramente sea igual de estacional que la aviación comercial. La ampliación y renovación de la plataforma es necesaria para atender la demanda en los meses centrales del verano.
—El Govern no descarta cobrar la ecotasa en puertos y aeropuertos, ¿es factible?
—Esto es algo que queda fuera del ámbito competencial de AENA; todos estos temas relacionados con la recaudación se mueven en el ámbito político.
—Los taxis legales piden más contundencia a AENA para atajar la presencia de piratas en el aeropuerto.
—Nosotros, como aeropuerto, vemos que la primera imagen que se lleva el turista no es buena cuando se encuentra este tipo de actividad, que no nos gusta en absoluto. Hay que dejar claro que AENA no tiene competencia en transporte terrestre ni autoridad para actuar en temas de seguridad ciudadana. AENA no tiene competencia en regulación, control ni inspección en transporte terreste. A partir de ahí, no nos quedamos de brazos cruzados porque la imagen que se da no nos gusta. Nos ponemos en absoluta disposición de las instituciones para ayudar en todo aquello que consideren que somos necesarios. Lo que hacemos concretamente es avisar cada vez que vemos piratas y ponemos nuestra infraestructura de seguridad a disposición de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Les vemos actuar y se están haciendo cosas y el papel que tiene AENA es de absoluta coordinación y colaboración con instituciones y fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.
—Una de las principales quejas es que los taxistas pirata entran en la terminal para clientes, justo a la salida de la puerta de llegadas.
—La presencia de fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado disuade, poco más podemos hacer. Como director del aeropuerto no puedo echar a nadie de la terminal por sospechar que puede hacer algo que no está dentro de mi competencia. A día de hoy, la presencia de fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado ayuda; vemos que actúan y que hacen todo lo que pueden. Seguro que hay margen de mejora y se están impulsando encuentros, como la Comisión de cControl sobre los Taxis Pirata, para ver qué más se puede hacer.
—¿Podría implantarse en Eivissa un sistema de control y lectura de matrículas para acceder al aeropuerto, como quieren hacer en Palma?
—Lo que hay en Palma es un acuerdo de colaboración entre el aeropuerto y el Govern, que es quien tiene allí las competencias en transporte. Con este acuerdo, AENA cede de forma gratuita los espacios para que el Govern ponga las cámaras lectoras de matrículas y los elementos que considere necesarios para ejercer ese control. En Palma está en fase de implementación y estamos abiertos a debatirlo en Eivissa; estamos abiertos a hacerlo y, de hecho, ya se ha comentado la posibilidad.
—¿Cuántas conexiones aéreas tendrá Eivissa este invierno?
—Todo apunta a que la temporada de invierno pueda ser buena; a día de hoy, los slots aún no están cerrados, por lo que las programaciones siguen abiertas. Mientras tanto, la valoración que podemos hacer tras conocer que determinadas compañías, como Vueling o Transavia que han dicho que incrementarán conexiones además de que se mantiene London City con British Airways, es positiva. El invierno pasado crecimos desde el 9% de noviembre hasta el 14% de marzo.
—¿Cuáles podría decir que son los retos del aeropuerto de Eivissa a medio y largo plazo?
—El principal reto que tenemos es consolidar la calidad del servicio al pasajero y adaptarnos cada vez más a los dos aeropuertos que tenemos, el de invierno y el de verano. En verano queremos ser un aeropuerto que satisfaga toda la demanda, pero tenemos que pensar en el invierno, porque nos convertimos en un aeropuerto más para residentes, con lo cual queremos ser un aeropuerto acogedor en el que los residentes se sientan como en casa. Nuestro plan de calidad está enfocado al invierno y al verano. En invierno reducimos de manera significativa los espacios disponibles. A diario hacemos encuestas a los pasajeros para que nos digan abiertamente qué es lo mejor y lo que se tiene que mejorar del aeropuerto.