Las obras de la estación de autobuses del Cetis acabaron en 2011, con casi cuatro años de retraso, y después de mucha espera y muchos anuncios de su inminente apertura, la instalación abrió sus puertas en julio de 2013. Solo fue un espejismo, ya que únicamente estuvo en marcha cinco meses, hasta que en diciembre de 2013 se volvió a cerrar a cal y canto y los autobuses volvieron a la avenida Isidor Macabich, cumpliendo la orden de salida del Consell d'Eivissa, que se opuso al decreto de Alcaldía del Ayuntamiento de Vila para abrir la estación, siendo ambas administraciones del PP. El TSJB suspendió este decreto al considerar que el Consistorio invadió competencias de la institución insular al ordenar el traslado en julio.
La polémica acompaña a esta estación desde sus inicios, cuando en 2002 el Ayuntamiento de Vila, con el alcalde socialista Xico Tarrés al mando, propuso la construcción de un centro intermodal y de servicios, aunque ante la falta de recursos económicos de la institución se decidió convocar un concurso público de la concesión que finalmente se adjudicó a la Sociedad Gestora Cetis.
En este largo camino, ha habido cambios de gobiernos, intercambio de acusaciones, enfrentamientos entre administraciones, adjudicataria y empresas de autobuses y denuncias ante los tribunales por las «deficiencias» que presentaba la infraestructura y la oposición a las altas tarifas.
En estos momentos, la justicia está pendiente de resolver los recursos presentados por el PP en la anterior legislatura contra la apertura de la infraestructura y contra las tarifas que aprobó en su día el Ayuntamiento de Vila. El Consell solicitó la suspensión de estas tarifas, que suponen 5 euros por entrada y salida de cada autobús y 5 céntimos por viajero.
Con el cambio de gobierno en las elecciones de mayo de 2015, el PSOE se comprometió a reabrir la estación de autobuses en «dos horas», tal como declaró el entonces portavoz socialista, Xico Tarrés. La intención del PSOE es retirar estos recursos judiciales, no obstante, tanto el actual presidente del Consell d'Eivissa, Vicent Torres, como el alcalde de Vila, Rafa Ruiz, han reconocido desde que han tomado el mando, que la situación no es tan fácil de resolver y que las negociaciones no están yendo tan rápido como esperaban. «Lo de abrir en dos horas fue una afirmación de Xico Tarrés, son determinadas palabras que empleamos los políticos, pero, evidentemente, no se abrirá en dos horas, ni en dos días, ni en dos semanas ni en dos meses», reconoció Torres, que no obstante confía en que esté en marcha de cara a la temporada que viene.
Por su parte, Rafa Ruiz, ha apuntado que en la anterior legislatura «dos instituciones del mismo color político se enfrentaron y liaron de una manera esperpéntica la situación de una estación de autobuses que se demostró que funcionaba» y ha reiterado que «los técnicos están trabajando al máximo rendimiento», aunque «está costando más de lo que pensábamos».
Según el portavoz del PP y expresidente del Consell, Vicent Serra, el PP «no tuvo ninguna directriz política, sino técnica» y que hay informes de seguridad, arquitectónicos y jurídicos que «no facilitaban la apertura del Cetis». «El planteamiento se hizo mal desde un principio con gobiernos de izquierdas, a partir de aquí vino el descontrol y se intentaron aplicar unas tarifas desmesuradas para Eivissa y se redujo la estación en beneficio de la empresa y en detrimento de su maniobrabilidad», aseguró Serra, que reiteró que «no es fácil abrirlo» y que «la prueba de que íbamos por buen camino es que llevan más de cien días gobernando y no saben cómo abrir el Cetis».
En el último Consell d'Alcaldes, celebrado esta semana, el presidente del Consell aseguró que «las tarifas del Cetis se rebajarán» tras las reuniones mantenidas con la empresa Sagalés, adjudicataria de la gestión de la estación. En concreto, señaló que están intentando que cobren menos de cuatro euros por cada entrada y salida de la estación, una cifra que viene avalada por un informe del departamento de Intervención del Ayuntamiento de Vila que se presentó en la pasada legislatura. Sin embargo, todo indica que la situación aún está muy ‘verde' y que, aunque abrirla era una «prioridad máxima» para el PSOE, la estación continúa destinada a seguir cerrada todavía más tiempo.