El centro de salud de Sant Jordi instaló ayer una mesa informativa con motivo del Día Mundial contra la Obesidad Infantil para concienciar de la importancia de una alimentación sana y equilibrada. De hecho, la alimentación de la población infantil está muy alejada de la dieta mediterránea. «Hay frutas que muchos niños que no conocen; no saben el sabor de la naranja ni de una mandarina», dice la pediatra Lola Alcántara. En la jornada de ayer ofrecieron fruta para los niños, donada por un comercio de la zona. En la mesa informativa contaron con una amplia variedad de fruta, como mandarinas, plátanos, manzanas, kiwis y granadas, así como una cesta de frutos secos para regalar a los niños.
La pediatra, por su experiencia en el centro de salud, constata que muchos niños no prueban la fruta en su casa, ya que realizan una entrevista a los niños en las revisiones del programa de niño sano y detectan esta carencias. De hecho, asegura, además, que hay una incidencia bastante alta de niños con sobrepeso y obesidad y lamenta este cambio de los hábitos. Asegura que las condiciones de trabajo de Eivissa, con un alto nivel de estacionalidad laboral, ocasiona que en verano muchos niños se queden solos en casa «con la nevera abierta» y sin apenas actividades físicas. «Recomiendo que los niños que hagan ejercicio. Hay mucha actividad sedentaria y si no hacen deporte, que caminen media hora al día o que se vayan a jugar con una pelota con sus amigos», subraya. Y, además, aconseja a los padres que en sus casas tengan fuentes de frutas, o «que se hagan macedonias, hay muchas maneras de tomar fruta».
Alcántara sostiene que todos sus compañeros «están muy concienciados con este tema y lo vamos controlando, pero hay que cambiar los hábitos en casa porque algo está fallando». Otra cuestión sobre la que incide es en el trabajo social, en la calle, «hay que tener más conciencia, ayudarles, tiene que haber una colaboración entre varias entidades; no podemos dejar que nuestros hijos se vuelvan personas insanas». De hecho, asegura que el sobrepeso también puede derivar en problemas psíquicos por su aspecto físico.