Las altas e inusuales temperaturas que se están registrando este invierno están provocando una caída en las ventas de leña de un 23 por cien respecto al año pasado.
Antoni Boned, de Treballs Forestals Can Jordi, confirmó que este invierno se han vendido entre 70 y 90 toneladas menos de leña que el pasado, en que el volumen total de ventas de leña osciló entre las 300 y las 400 toneladas.
Según explicó Boned, la gente todavía no se ha animado a encender la chimenea y, por este motivo, el almacén de leña de la empresa está lleno a estas alturas del invierno. No obstante, confió en que los termómetres bajen pronto para «poder vender todo el material que tenemos guardado».
Pero, sin duda, el gran perjudicado de este excepcional invierno está siendo el campo. Bernabé Linero, técnico de la Cooperativa de Santa Eulària, explicó que, aunque «la sangre todavía no llega al río», la situación empieza a ser «preocupante» tanto por las altas temperaturas como por la falta de precipitaciones.
Preocupados por el cereal
El cultivo que se encuentra en una situación más delicada es el de los cereales. «Si esta situación se mantiene unas semanas más y llegamos a mitad de febrero con este tiempo, la situación empezará a ser mala». Linero aseguró que la falta de precipitaciones se compensa en la isla por la alta humedad ambiental pero no sucede lo mismo con las anómalas temperaturas, que también afectan a otros cultivos como los frutales de hoja caduca como el melocotón y la nectarina. Unos cultivos que, según indició, «necesitan pasar frío para tener una buena floración en primavera».
El comercio es otro de los sectores más afectados por la falta de frío. Vicent Costa, de la tienda de electrodomésticos Can Reiet de Sant Antoni, aseguró que las ventas han caído este año un 50 por ciento. «Afortunadamente tuvimos una semana de frío en que se vendió bastante. Si no, casi todo el stock estaría todavía en la tienda», añadió.
No se venden estufas ni tampoco ropa de abrigo. Cristina Boned, propietaria de una tienda de moda con el mismo nombre en Sant Antoni, explica que la gente «no se anima» a comprar prendas gruesas como chaquetas, abrigos y jerseys de lana. No obstante, confía en que las rebajas hagan aumentar las ventas que, según cifró, han descendido este año un 20 por ciento respecto al pasado.