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Entrevista - Miquel Vericad, conseller insular de Medi Ambient

«Eliminar las cabras a tiros era la decisión correcta y la única alternativa»

El conseller insular de Medi Ambient, Miquel Vericad, en su despacho situado en la tercera planta del Consell. | Toni Escobar

| Eivissa |

El conseller insular de Medi Ambient acude el viernes pasado a la entrevista despeinado, acatarrado y cansado después de hablar anteriormente con otros dos medios de comunicación, muy interesados también en conocer su opinión sobre la matanza de las cabras de es Vedrà. «Me puedes dar caña, ¡eh!», avisa el conseller Vericad a este periodista. Pues allá vamos.

—Pacma ha presentado casi 20.000 firmas pidiendo su dimisión. ¿Va a dimitir?
—No.

—¿Por qué?
—Porque esta campaña se basa en la emisión de un bulo, un fake de internet, un testimonio falso de un supuesto pescador muy dramático que habla de la muerte de un cabrito entre gritos y alaridos que subían por los riscos de es Vedrà; y la mayor parte de la gente que ha firmado no conoce ni ha tenido a su alcance toda la información posible sobre un tema que, reconozco, tiene muchas aristas.
[En este instante el jefe de prensa del conseller le recuerda que la administración competente es el Govern balear].

—Entonces, ¿considera que la decisión del Govern de eliminar las cabras de es Vedrà a tiros era la correcta?
—Yo creo que sí, pero no sólo aquí en Eivissa sino que también ha sido la correcta en la Serra de Tramuntana, en diferentes gobiernos, con 9.000 cabras eliminadas durante el Govern de Gabriel Company mediante descastes con técnicas de caza mayor realizadas, precisamente, por el mismo equipo técnico que se desplazó a Eivissa. Se han realizado descastes de cabras en Canarias con gobiernos de Podemos con equipos de tiradores del Parque Nacional de Doñana desplazados ex profeso. El equipo técnico toma una decisión en base a una serie de consideraciones en las que, como conseller, no entraré. Pero básicamente ha sido la viabilidad técnica y garantizar la seguridad de los operarios.

—¿Pero esta era la única alternativa o había más?
—Era la única alternativa dado que el equipo técnico que lo tenía que hacer es el que dijo que era la única viable. Todos tenemos opiniones pero al final, las decisiones, y la ejecución de una operación delicada como es sacar unas cabras de un islote muy abrupto la tiene que tomar el equipo técnico al que se le ha asignado esta función.

—Si los ‘vedraners' han conseguido sacarlas vivas durante muchos años, ¿por qué el Govern ha optado por esta opción?
—A los ‘vedraners' se les ofreció en diferentes ocasiones la posibilidad de sacar este rebaño durante procesos de negociación a pesar de saber, y lo tenemos que conocer todos, que se trataba de una granja ilegal de un ganado asilvestrado en un espacio natural y protegido que está prohibido por ley. Dicho esto es verdad que los ‘vedraners' tradicionalmente sacaban cabritos, no cabras adultas, y al final venía el sacrificio para comerlo, como no podía ser de otra forma. Entiendo que el sacrificio de animales forma parte de la cultura rural, mediterránea y del consumo de carne, aunque muchos no estén de acuerdo. No estábamos hablando de sacar a los cabritos sino a un rebaño asilvestrado de cerca de 50 cabras, casi todas adultas, y no era viable sacarlas en el menor tiempo posible. Hay que decir que hemos estado dos años con una sequía muy potente, con una fluctuación de los rebaños muy potente por muertes por caquexia, hambre y sed. Es verdad que la gente ha visto cabras en buen estado pero tenemos que recordar que las cabras se recuperan muy fácilmente y estas fotografías de las cabras en buen estado se corresponden sobre todo en invierno, cuando se recupera un poco la población. Hemos sufrido una carga ganadera muy por encima de lo que puede soportar el ecosistema y el mismo rebaño, y esto hacía inviable absolutamente mantener un minuto más las cabras en el islote.

—La Conselleria de Medi Ambient balear ha explicado esta semana que sacarlas vivas habría costado 80.000 euros...
—Me parece una estimación exageradamente ajustada a la baja. Todo el mundo sabe lo que cuesta el jornal de la gente especializada para hacer este trabajo, es verdad que a lo mejor con algunas técnicas se podría mantener a lo largo de un año o dos una eliminación controlada pero la situación del islote respecto a las comunidades vegetales y las plantas en peligro de extinción no permitía abordar una eliminación progresiva, que se tendría que haber abordado desde los años noventa.

—¿Por qué no se atendido la petición de ganaderos ibicencos que podían tener las cabras en sus corrales y se ofrecían para irlas a buscar?
—Nosotros no hemos podido atenderlas porque no somos la institución que ha realizado este descaste. En todo caso tenemos que tener en cuenta que se tratan de rebaños asilvestrado que están sometidos a una legislación de epizootias a nivel veterinario y presentaban muchas dificultades a nivel de cuarentena y, en primer lugar, tampoco era factible sacarlas vivas.

—¿A usted le hubiera gustado que se hubieran salvado las cabras?
—Es evidente que a nadie le gusta ir matando rebaños, en ningún caso. No es una decisión fácil, evidentemente, no es una decisión voluntaria, no hay ningún cazador que se esté frotando las manos en una cacería particular en es Vedrà. Ni el conseller Vidal, ni la directora general de Biodiversitat ni este conseller se felicitan de esta situación sino todo lo contrario; tenemos que manifestar nuestra preocupación porque en todos estos años, y estamos hablando de hace más de diez años, no se ha tomado ninguna medida para evitar la progresiva degradación de un auténtico hotspot [punto caliente] de biodiversidad como es la isla de es Vedrà.

—¿Quién ha tomado la iniciativa de acabar con las cabras? ¿El Govern solo o el Ejecutivo balear a instancias del Consell d'Eivissa?
—El Govern estaba obligado por ley a actuar. En ningún lugar de Europa se permitiría el mantenimiento de una granja ilegal en medio de una reserva natural. Durante años de inactividad, por las razones que sean, no se habían tomado estas medidas. Como conseller de Medi Ambient y agente de medio ambiente conozco perfectamente cómo se encontraban las comunidades vegetales de es Vedrà, entiendo que esta necesidad era ineludible y necesaria. Al fin y al cabo estamos defendiendo un patrimonio natural de biodiversidad que es de todos los ibicencos y de todos los habitantes del planeta, que es la biodiversidad genética. Cabras las tenemos en todos sitios, pero Biscutella ebusitana sólo hay en cuatro puntos de Eivissa, y uno de ellos está es Vedrà.

—¿Usted presionó al Govern para que sacara a las cabras de es Vedrà?
—No, yo no presioné. Pero lógicamente que en la agenda de trabajo se habló de este asunto; como agente de medio ambiente manifesté la necesidad de que se abordara de una vez por todas la erradicación de las cabras de es Vedrà.

—¿Matar las cabras de es Vedrà era uno de los acuerdos del pacto de gobierno del Consell d'Eivissa?
—Estos acuerdos son públicos, los pueden leer ustedes tranquilamente. Me extraña mucho esta pregunta... creo que no, evidentemente.

—Me refiero a que el otro día lo dijo Simón Planells en el Bona nit Pitiüses.
—Tenemos que hacer unas pequeñas matizaciones porque alguna persona, tanto sean personas relevantes del PSOE como de Podemos o Guanyem, todo el mundo tiene una opinión. Pero de ahí a pensar que forma parte de un posicionamiento del PSOE o de Podemos o Guanyem hay un paso importante.

—¿Sabía que el Govern iba a utilizar este sistema?
—No, hasta el último momento, el mismo día. Sabía que estaban estudiando la metodología y así se lo comuniqué a mis compañeros del equipo de gobierno.

—¿Qué reacción tuvo cuando se enteró?
—Bueno, yo vengo del mundo profesional de los agentes de medio ambiente por lo que, seguramente, no he sufrido el impacto emocional que ha tenido una parte de la sociedad, especialmente de Eivissa, donde no estamos acostumbrados a estas prácticas, no tenemos caza mayor.

—El conseller Vidal calificó a los ‘vedraners' de bárbaros y caciques. Entiendo que no comparte sus palabras.
—No, no las comparto y además tengo que mencionar que con las emociones es fácil perder los papeles, tanto por una parte como por otra. Entiendo que en un debate parlamentario muy caliente se pueden decir cosas no muy afortunadas. Tenemos que intentar sacar la carga emocional tan fuerte para que cada uno pueda aportar su opinión sin necesidad de descalificaciones, que no comparto, y tener un uso muy preciso de las palabras. Asesinato, francotirador... son palabras reservadas en el diccionario para el asesinato de hombres y para acciones de guerra, por lo que yo hablaría más de eliminación, erradicación o descaste sin necesidad de neologismos para ocultar la realidad; las cabras han sido matadas y erradicadas del islote.

—Podemos, sus socios de coalición, aseguraron que no estaban de acuerdo con el método utilizado. ¿Ha habido debate en el equipo de gobierno?
—Las bases de Podemos, que tienen un componente animalista, han mostrado su malestar, que entiendo y respeto. Pero creo que el comunicado ha sido un poco precipitado y no contaba con una información complementaria que habría ayudado a tener una imagen más completa.

—¿Ustedes han buscado la colaboración con los ‘vedraners'?
—No podíamos contar con su colaboración porque nosotros no tenemos competencias. Sí que le puedo decir que durante años la Administración ha intentado acuerdos de buena fe con los propietarios, que tendrían que haber sido multados por esta actividad, para intentar una retirada progresiva de los rebaños.

—¿Sabe si todos os animales murieron al momento, sin agonizar, o pudo quedar alguna cabra malherida?
—Pues lo ignoro por completo. Es evidente que se trataban de tiradores profesionales con un alto nivel de efectividad.

—¿Están todas las cabras muertas?
—Según tengo entendido, pero no le puedo asegurar totalmente, se ha erradicado la práctica totalidad de los animales.

—¿Si pudiese volver atrás, habría pedido al Govern que lo hiciese de otra manera?
—Seguramente no. Conozco el territorio y soy consciente de las limitaciones geográficas del terreno y seguramente no. Sí que, desde el punto de vista personal, he aprendido mucho de esta crisis de las cabras; de cómo manejar la comunicación de los fenómenos virales, a comprender las dinámicas de la prensa local y los impactos mediáticos que tiene sobre la sociedad las noticias generadas en internet.

—¿Por qué vetó a los periodistas de este medio en una tertulia televisiva que tenía concertada?
—Como le he dicho, este debate es muy emocional y he sufrido amenazas de muerte masivas. Entiendo que el debate se tiene que llevar de una forma serena. En principio se me convocó a una entrevista con un solo periodista y el formato, después, cambió a una tertulia.

—Pero esto no es así, el formato del programa siempre ha sido de tertulia con más periodistas.
—Lo desconozco, porque nunca he ido a una entrevista a la TEF.

—Así, ¿usted no vetó a los periodistas?
—A los periodistas en particular no, al formato sí.

—Entiendo que no resulta demasiado democrático, pero ¿tiene algún problema con PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA?
—Básicamente estoy en profundo desacuerdo con el tratamiento de la noticia, porque entiendo que ofrecer un bulo de internet sin garantizar el origen de las fuentes perjudica el análisis objetivo de la realidad.

—¿Pero cree que este medio ha mentido?
—No, mentir no, pero creo que es un uso imprudente de la información y perjudica un debate que tiene muchas aristas.

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