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Solidaridad

Un ibicenco participa en una expedición solidaria por Marruecos

Jordi Freixedas (izquierda) durante el recorrido desarrollado en el Rally Solidario. Foto: JORDI FREIXEDAS / RALLY SOLIDARIO

| Eivissa |

2.600 kilómetros, 9 días de viaje, 42 vehículos todo terreno con más de 200 personas procedentes de distintos lugares del territorio nacional, un recorrido: el norte de Marruecos hasta la frontera con Argelia, adentrándose después en el Sáhara y un proyecto común: el Rally Solidario. En todo ello ha participado Jordi Freixedas, un joven residente en las islas, integrante del grupo de música Somosuno y con vocación solidaria desde hace tiempo y en especial desde hace dos años, cuando conoció este proyecto de ayuda humanitaria.

El XI Rally Solidario Semana Santa 2016 forma parte de una organización sin ánimo de lucro que durante todo el año recauda ropa, zapatos, juguetes, material escolar y comida con el fin de entregarlo a los más necesitados en las distintas etapas que realiza por Marruecos. Una Semana Santa diferente en la que, tanto Jordi Freixedas como el resto de participantes, han recorrido el norte de Marruecos hasta la frontera con Argelia, adentrándose después en el Sáhara. De Tarifa a Marrakech pasando por Er-Rachidia y las dunas de Merzouaga.

Desde que Freixedas se enterara de este proyecto solidario en el que supo que quería participar, ha adquirido dos vehículos necesarios para la causa, pues cualquier coche no atraviesa el desierto. El primero, que resultó no estar en muy buen estado y un segundo Lada Niva que finalmente ha sido el que le ha acompañado en su aventura. Y eso también se debe gracias a la solidaridad del dueño del taller Midas Ibiza, Francisco Torres, quien colaboró de modo destacado en esta caravana al poner a punto el Lada Niva en cuestión, con bastante acierto debió ser, pues el coche aguantó las dificultades del trayecto.

Para su aventura solidaria, este ibicenco también contó con la ayuda de los profesores, alumnos y padres del CP L'Urgell, que al conocer su labor, se volcaron en el acopio de ropa, material escolar, juguetes y zapatos para estas poblaciones necesitadas. Jordi recuerda a la profesora Priscila Vázquez, coordinadora en esta recogida de material.

Y con todo lo que se consiguió reunir en el CP L'Urgell, lo que aportó el propio Jordi, lo que le dieron sus compañeros de Somosuno y demás conocidos, Freixedas cargó su Lada Niva hasta la bandera y partió, primero hacia la Península, luego hasta el desierto. «Había días en los que recorríamos más de 300 km por pistas de tierra y ríos secos. Estuvimos a 15 kilómetros de la frontera con Argelia, durmiendo en jaimas, e incluso algunos se perdieron en el desierto. Sin embargo, lo que más me ha impresionado de este viaje ha sido la desesperación en los rostros de los niños y de la gente que hemos visto porque no tienen absolutamente nada», explica Freixedas quien añade que «parece mentira que estemos tan cerca, que con mi Lada Niva a 80 kilómetros por hora haya podido llegar a un lugar donde hay gente tan necesitada y que es tan feliz con las cosas que a nosotros ya no nos sirven para nada».

Jordi Freixedas todavía recuerda que «había montones de niños, descalzos, corriendo detrás de los coches y cómo se peleaban las mujeres por la ropa o juguetes que nosotros ya no usamos. Era increíble lo feliz que podías hacer a un niño dándole un simple bolígrafo porque allí, a lo mejor en toda una escuela tenían solo dos bolis». Algo similar ocurría con los zapatos, «no tienen calzado, para ellos un par de zapatos es un mundo porque no tienen. Yo dejé toda mi ropa allí, me vine con lo puesto y todo lo demás se lo di a ellos», asegura este joven ibicenco, para el que el XI Rally Solidario ha supuesto su primera práctica humanitaria y se ha tratado de la experiencia más impresionante de toda su vida.

Según Freixedas, la organización del proyecto partió con un camión en el que transportaba entre 3000 y 4000 kilos de material humanitario e incluía hasta una silla de ruedas o bicicletas. Este ibicenco destaca los rostros, en ocasiones emocionados, de las personas que recibían desde un kilo de arroz hasta cualquier otro objeto. Y probablemente por todo ello, Jordi Freixedas repetiría sin pensar esta experiencia. Eso sí, le gustaría que desde Eivissa se animara el mayor número de personas posible para poder llevar al desierto toda la ayuda humanitaria que fuera factible en el próximo Rally Solidario.

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