Los internos en la residencia Sa Serra no pudieron ver el lunes por la noche las noticias de la TEF, donde aparecían las denuncias de coacción a los trabajadores de la institución por parte de la empresa Novaedat vertidas por la hija de una de las personas ingresadas, Concha Matas. Matas ha asegurado que la antena que da cobertura a la televisión de la cafetería se desconectó esa noche y que los usuarios, «que así lo deseaban», no pudieron ver las noticias de la noche.
Además, la denunciante asegura que, «siguiendo con las técnicas de coacción a los trabajadores», los cuadrantes del personal, que antes se encontraban a la vista pública, se sitúan ahora en espacios a los que los visitantes del centro no pueden acceder. Por otro lado, Matas explicó que el acceso a los cuartos de la limpieza por parte de las trabajadoras «ahora están cerrados con llave y el personal tiene que informar de cuando pasa a estas dependencias a sus superiores».
Concha Matas asegura que la situación con la empresa Novaedat no ha hecho más que empeorar. Y explica que el director de la residencia la llamó el lunes por la tarde «y grabó la llamada», aunque a sus preguntas sobre si este hecho se estaba produciendo, Enrique Guzmán, lo negó rotundamente. «Su conversación era tan amable que dos veces le pregunté si lo estaba grabando», argumenta.
En cuanto a las condiciones de trabajo de las empleadas y los recursos con los que cuenta la residencia, la denunciante también ofrece otro dato. La ropa limpia ahora se reparte en una silla de ruedas, «en la zona donde se apoyan los pies van las toallas y en el asiento también sábanas».
La Guardia Civil y los forenses visitaron la residencia Sa Serra el día 31 de marzo para realizar una investigación sobre los hechos que se estaban produciendo en el centro, que fueron denunciados por los familiares de los internos y que, según las declaraciones de Matas, «se siguen produciendo».