Jorge Tera Donoso (1972, Ciudad Real) es secretario general del sindicato de enfermería Satse desde hace diez años. Enfermero de profesión, se desplaza este fin de semana a Eivissa para participar en un evento en el que se homenajeará a las enfermeras más veteranas de la isla, dentro de los actos que se organizan con motivo del 30 aniversario de la puesta en marcha de Satse y en el que está prevista la asistencia de unas 150 personas. Satse cuenta con unas 400 afiliados en Eivissa. La semana que viene celebran elecciones sindicales en Can Misses.
—¿Por qué considera importante la afiliación?
—La afiliación sindical tiene el objetivo de estar protegido y tener garantizados los derechos laborales. No somos un sindicato tradicional de clase, sino que somos corporativo, profesional, compuesto de enfermeros y enfermeras y de fisioterapeutas. Además de defensa de derechos, fomentamos el desarrollo profesional de la enfermería y la formación continuada, apoyo en la investigación y difusión de la imagen de la enfermera a la sociedad.
—¿Cómo se encuentra la situación del hospital Can Misses?
—Can Misses tiene un problema grave de dotación presupuestaria. No es el único hospital de Balears al que le ocurre eso, porque el servicio de salud balear está infrafinanciado pero es especialmente espinoso en el caso de Eivissa. Hemos pasado a un hospital nuevo y mantenemos un presupuesto similar al que había antes y ahora se cuenta con nuevas instalaciones, con la implementación de nuevos procedimientos, una superficie más grande y de asignación de camas. Está claro que es incompatible mantener el mismo presupuesto para Can Misses antiguo cuando el nuevo está operativo y tiene un gasto claramente superior que no está contemplado. Es una situación de déficit crónico porque ya parte de un presupuesto por debajo de las necesidades.
—¿Qué le transmiten los profesionales de Eivissa sobre esta situación?
—Genera cansancio. Ha habido un esfuerzo grande en el traslado del hospital. A pesar de que hubo un pequeño aumento de plantilla previo al traslado, está claro que se necesita una adaptación. Lo que no podemos hacer es tener a los profesionales eternamente supliendo funciones o haciendo de uno y medio en vez de uno, eso se puede sostener una semana, un mes o, si me apura, un año pero a costa del agotamiento personal y profesional. No podemos sostener esto toda la vida. El personal reclama que las dotaciones sean correctas y que se adapten a las ratios de otros hospitales de Mallorca, superiores en personal a la dotación de Can Misses. Pedimos que se trabaje en condiciones, que se garantice la calidad asistencial y no con prisas, ni con largas distancias y corriendo los profesionales.
—¿Han hecho un estudio de la dotación necesaria para Can Misses?
—No tenemos un estudio pero está clarísimo que es imprescindible un aumento de plantilla y de medios. La delegada de Eivissa me comentaba que la farmacia sigue en instalaciones antiguas porque falta aparataje en las nuevas dependencias y siguen usando algunas zonas antiguas por falta de dotación. Es un ejemplo de que falta dinero.
—¿Cómo le afecta la concesionaria a los trabajadores?
—Primero en Son Espases hace cuatro años y ahora en Can Misses, lo que se ha hecho es construir el hospital con capital privado y luego se está obligado a tener esa concesión durante 30 años. El problema que tenemos es que los servicios públicos son servicios y aunque hay que ser eficientes no se dan pensando en ganar dinero. Cuando un servicio se privatiza tienes que tener unos beneficios. Lo que ocurre es que la calidad de esos servicios es inferior. No nos afecta de manera directa porque los profesionales son del Ibsalut, pero hay más problemas en la ropa o en la comida. Una serie de cuestiones, como las quejas de los pacientes, que al final repercute en nosotros y supone un poquito de sobrecarga esa disminución de la calidad.
—¿Les afecta a las enfermeras el elevado precio de los alquileres?
—Claro que sí. Lo vivimos cada año. Es un problema que nos encontramos en verano cuando la gente pide vacaciones y se ofrecen contratos para trabajar en verano. Somos asalariados y es terrible. Hay gente que se desplaza y busca vivienda compartida, pero genera auténticas dificultades y un obstáculo importante para que haya sustitutos suficientes. Si no fuera por eso, Eivissa es un destino envidiable. A mucha gente de la península sin trabajo le encantaría venir a Eivissa, pero el alojamiento se come el salario. Es un problema muy grave y de difícil solución.
—El día 27 se celebran elecciones sindicales en Can Misses y Satse se presenta por separado con el Sindicato Médico.
—Sí, es la primera vez en Balears. En nuestros 30 años de vida estuvimos desde las primeras elecciones en coalición con el Sindicato Médico pero ahora tenemos una organización consolidada y la enfermera de hace 30 años no tiene nada que ver con la de hoy. Tenemos profesionales que salen licenciados, con una cualificación extraordinaria. El empuje de la profesión, la cualificación, demanda esa separación porque no todos los intereses son comunes y hemos llegado al punto de madurez para ir en solitario y tener una voz propia en los foros de negociación la comunidad autónoma y por eso vamos por separado.