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Lío se vuelca con Magna Pytiusa

El elenco de bailarines y bailarinas de Lío volvió a brillar con luz propia. | Arguiñe Escandón

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Tremendo el éxito que cosechó la cena solidaria que organizó el domingo por la noche el Club Restaurante Cabaret Lío para dar apoyo a la asociación de personas con discapacidad Magna Pytiusa. Como ya adelantó durante la semana la propia asociación, al haberse vendido todas las entradas a los pocos días de ponerse a la venta, a la cita acudieron unos 500 comensales que, además, también ayudaron a que la rifa solidaria en la que se sortearon lotes de gafas de sol, dos vestidos de noche de Rosa Clará, un reloj de lujo de la marca Viceroy, un fin de semana en el Hotel Destino, una cena en el restaurante Can Pau o distintas joyas, dejara un total de 6890 euros.
Una recaudación, sumado a lo conseguido de cada entrada, que ascendía a 95 euros por comensal, que se destinará a ayudar a las 107 personas de todas las edades con diferentes grados de discapacidad física, sensorial y/o psíquica con las que trabaja de lunes a sábado esta asociación sin ánimo de lucro en su sede de la calle Madrid de Eivissa, y a organizar un ilusionante viaje para todos ellos a Port Aventura en Semana Santa.
Además, al éxito de la cena ayudaron los magníficos espectáculos que fueron presentando durante la cena todo el elenco de Lío. En este sentido, brillaron con luz propia la pareja de acróbatas rumanos que demostraron su habilidad uno sobre el otro o los masajes que fueron ofreciendo dos señoritas a algunos de los comensales durante la cena.
Sin embargo, uno de los momentos más emocionantes llegó cuando antes del último espectáculo se hizo entrega de una placa y de un ramo de flores a Ricardo Urgell, propietario de Pacha, y a Alba Pau, dueña del restaurante Can Pau. Una entrega que vino acompañada de unas sinceras palabras de reconocimiento por parte de la presidenta de Magna Pytiusa, Antonia Ramon, en las que agradeció la labor que hace Ricardo Urgell, su hija Lía, y Alba Pau, para ayudar a las asociaciones de la isla.
Finalmente, todo acabó cuando bailarines y camareros hicieron bailar a todos los comensales. Un fin de fiesta que tendrá su broche perfecto en Semana Santa cuando los usuarios de Magna Py

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