Los vecinos de la Marina manifestaron ayer en la asamblea de su asociación sus quejas acerca de las motos que se saltan la barrera que controla el acceso al barrio situada en la calle Comte de Rosselló y aparcan en la zona azul, reservada únicamente para los residentes en la zona durante toda la temporada estival.
El presidente de la asociación, Fernando Irurre, celebró la decisión del Ayuntamiento de Eivissa de colocar la barrera que impide el paso a los no residentes desde el 15 de mayo, un mes antes de lo habitual y antes de que empiece la temporada pero pidió un mayor control sobre los motociclistas que se cuelan y no solo ocupan las escasas plazas de aparcamiento de la Marina sino que además aparcan sus vehículos sobre la acera o en pasos de cebra.
Otro de los temas que más preocupa a los vecinos de la Marina son los excesos de ruido que tienen que soportar en plena temporada que provienen principalmente de los locales de la zona. «Evidentemente, los vecinos tenemos intereses opuestos a los de los comerciantes. Pero nosotros queremos vivir», señaló el representante vecinal, quien destacó también que existen numerosos establecimientos que se exceden del horario de cierre permitido por el Ayuntamiento.
Por otra parte, los miembros de la asociación reclaman la prohibición de los pasacalles nocturnos por las calles de la Marina para garantizar «el descanso de los vecinos». Según Irurre, muchos de los desfiles que pasan por las calles a altas horas de la madrugada no cumplen la ordenanza municipal.
Respecto a la presencia de los denominados ‘ticketeros' en la zona del puerto y de la Marina, el presidente de la asociación lamentó que sigan desarrollando su actividad a pesar de la reciente prohibición del Ayuntamiento de Eivissa. No obstante, precisó que «no te asaltan como otros años, se muestran más tímidos».