Un agente de la Policía Nacional de Gijón ha sido requerido para volver a ocupar su plaza de funcionario oficial en Eivissa a pesar de ser el tutor legal de su madre, incapacitada desde hace dos años por un juzgado gijonés.
Según informa el diario asturiano El Correo, Hugo F.S., de 35 años de edad, regresó hace dos años a su ciudad natal desde Eivissa donde trabajaba como policía debido al mal estado en el que se encontraba su madre. Al parecer, la mujer apenas comía y tenía llagas en la espalda porque no salía de la cama.
Ana María, de 68 años de edad, padece un trastorno depresivo mayor recurrente con síntomas psicóticos y otro de angustia comórbido y deterioro cognitivo leve. Su estado es grave y, por este motivo, necesita atención constante.
Tras recibir la noticia del empeoramiento de su madre, Hugo decidió solicitar una comisión de servicio, es decir, una autorización para desempeñar su trabajo temporalmente fuera de su puesto habitual, para cuidar de ella.
En ese momento, según cuenta el agente, la división de Personal le denegó el permiso cuatro veces pero, finalmente, le dieron el visto bueno desde Madrid y pudo volver a casa.
Cada varios meses tenía que renovar la solicitud, pero la última fue declarada no procedente y recibió la comunicación de que su estancia en la comisaría gijonesa terminaba hoy. A partir de este momento, Hugo tiene ocho días para incorporarse a su plaza en la isla.
El agente asegura que los psiquiatras que tratan a Ana María desaconsejan el traslado de la paciente a Eivissa o su ingreso en un centro, dado que su proceso actual de deterioro actual podría agravarse y evolucionar en una demencia.
Además, la mujer vive en Gijón en un piso en calidad de usufructuaria y su hijo teme que, si deja de residir allí, pierda también la casa.
La enfermedad de la mujer se manifestó al segundo año de que Hugo empezara a vivir en Eivissa. Su salud mental se deterioró y creía que alguien la perseguía constantemente y tenía alucinaciones que todavía se manifiestan.