Un restaurante de Vara de Rey ha sido condenado a pagar los 6.000 euros de multa que el Ayuntamiento de Eivissa le interpuso a raíz de una denuncia de unos vecinos, que se quejaban del ruido que emitían los motores de unos frigoríficos del citado local.
Según señala la sentencia del Juzgado Contencioso Administrativo de Palma que ha desestimado el recurso presentado por el propietario del restaurante, se realizaron seis mediciones en el mes de agosto de 2014 en el dormitorio de los vecino que dieron un resultado de 41 decibelios. Unos valores superiores a los máximos establecidos por la legislación vigente en materia de contaminación acústica, dice la sentencia.
Por su parte, Joan Riera, propietario del restaurante Ca n'Alfredo, considera que el importe de la multa es «desproporcionado» y que «jamás han pagado otros establecimientos de la isla que, por supuesto, superan notablemente los niveles de ruido que pueden provocar unos simples frigoríficos».
Riera explicó que, cuando se produjeron las quejas de los vecinos, intentó llegar a un acuerdo con ellos y, que, para ello, cambió las neveras que emitían el ruido por otras nuevas con motores incorporados que le supusieron el desembolso de 15.000 euros.
El propietario dijo sentirse tratado «como un delincuente» por el resultado de esta denuncia y dudó de la fiabilidad de las sonometrías realizadas a su local, en las que, por otra parte, no estuvo presente.