Enrique Mandl (Viena, Austria, 1969), presume sonriente de su moreno prematuro de Sierra Nevada (Granada), donde trabaja los fines de semana en la apertura de un hotel boutique de gran lujo. De lunes a viernes supervisa en la isla la recta final de las obras del Nobu Hotel Ibiza Bay de Talamanca, que a partir del mes de julio se convertirá en el segundo establecimiento de gran lujo de la isla junto con el Ibiza Gran Hotel. Al margen de los cuatro restaurantes que tendrá el complejo, además de un lujoso spa y un club para niños, el principal activo del Nobu Hotel será poder ofrecer alojamiento a un precio reducido a sus trabajadores.
—¿Cómo marchan las obras del hotel? ¿Abrirá el 30 de junio?
—Las obras van en teoría perfectas pero ya se sabe cómo son las obras, son intensas y seguramente llegaremos al final de obra el 30 de mayo. Después haremos la formación del personal y a partir de mitad de junio abriremos a family and friends para invitar a toda la gente que conozca el hotel y las habitaciones. La fecha oficial de apertura es el 30 de junio.
—¿Han iniciado ya su comercialización? ¿Cómo marcha el ritmo de las reservas?
—Sí, ya están abiertas y van súper bien. Cuando éramos independientes no hicimos mucha publicidad porque no habíamos firmado el contrato con Nobu, pero una vez está hecho ya lo hemos presentado y la marca Nobu nos ayuda bastante, sobre todo en el mercado norteamericano. Es muy conocido allí y es una ventaja para nosotros y estamos orgullosos de que sea nuestro partner. Es una marca joven y dinámica y seguramente en el futuro será una de las mejores cadenas de lujo pero de life style, que marcará una diferencia en su forma. Tienen cinco hoteles, en Las Vegas, Malibú, Miami, Manila y Riyadh (Arabia Saudí). Y ahora abrirán en Marbella, Ibiza, Londres, Chicago y otros 15 proyectos para los próximos dos años.
—¿Cómo surgió el interés del grupo Nobu para asociarse con ustedes en la apertura de un hotel en Ibiza?
—El hotel estaba pensado para llamarse Ibiza Bay Resort & Spa, pero después como Nobu está en una fase de expansión vinieron a vernos. Lo hicieron también para coger un restaurante dentro del hotel. Los propietarios vieron que la marca Nobu sería muy buena y que cuadra con nuestros conceptos en el sentido de calidad y con nuestras ideas. Nos hemos juntado como partners y le damos al hotel el nombre de Nobu para crecer juntos en el mundo.
—Detrás de esta firma está el afamado actor y director Robert de Niro. Menudo tirón...
—Sí, exacto. Estamos en Ibiza, un sitio muy privilegiado. Ibiza en los Estados Unidos está funcionando muy bien y tienen conocimiento de mercado entonces cuadra perfectamente en su plan de estrategia y crecimiento. Si hubiéramos estado en Mallorca seguramente no habría sido posible, pero Ibiza tiene su atracción para los americanos por los famosos que vienen cada año a Ibiza y está en la lista de los destinos vacacionales para los americanos. Lo notamos por el volumen de las reservas que tenemos, y los dos CEOs de Nobu fueron los que crearon Hard Rock. Ellos siempre han tenido un cariño especial por Ibiza.
—¿Cuáles van a ser los mercados más importantes para el hotel? ¿La marca Nobu contribuirá a que crezca el turismo norteamericano?
—Como todo en Ibiza el mercado más potente será seguramente el inglés, luego el alemán y el español, pero una parte importante será el mercado americano. Aunque nunca llegará al volumen del británico.
—¿Qué inversión se ha realizado en este establecimiento?
—Mucha [risas...] No puedo dar cifras pero mucho más que otros hoteles. Es una inversión que tendrá un largo tiempo para amortizar, pero nuestras dos empresas: el Marbella Club y Puente Romano, y el otro es el London Bridge, socios al 50% de la propiedad del Me Ibiza, querían crear el mejor hotel de Ibiza que sea un icono y algo totalmente nuevo en el concepto y diferente para ofrecer al mercado. Esto para nosotros es una ventaja.
—¿Qué va a diferenciar a Nobu Hotel Ibiza Bay de otros establecimientos de lujo de la isla?
—Va a ser totalmente diferente a los demás. Los otros hoteles también son diferentes, por eso necesitábamos dar un paso más allá. Si solo haces un hotel de fiesta, haces un copy paste de conceptos fantásticos que ya existen, y no es el concepto que queremos. Nuestro concepto va ligado más a la parte gastronómica. Vamos a tener cuatro restaurantes y la entrada de Nobu nos va a diferenciar porque hacen cosas únicas en el mundo, con eventos a cuatro manos entre Chef Nobu y Dani García, como van a hacer esta semana en el hotel de Marbella. Vamos a tener las mejores habitaciones en el diseño, un Spa Senses Experience, la mejor cadena de spas en el mundo, que solo existen en destinos muy selectos, luego un espacio fitness y otra parte fuerte será nuestro Club de niños, pero no una guardería sino un club precioso. Queremos que el hotel sea un place to be, donde vas tanto de día como de noche, enfrente de la playa y donde te puede apetecer tomar una copa, pero siempre ligado al aspecto gastronómico.
—Aún así va a tener una gran competencia en la isla, ¿qué puede destacar de esa amplia y selecta oferta gastronómica?
—Nuestro hotel no va dirigido a la fiesta, va enfocado más a familias con niños y a un segmento de 35 a 55 años. Si la gente quiere salir tiene todo a 5 minutos, pero vuelves al hotel y tienes una tranquilidad única enfrente del mar. Ya hay bastante oferta de fiesta y un hotel solo para adultos tampoco es el futuro. La oferta gastronómica es para todos. Además del restaurante Nobu hay otro que estamos trabajando con el propietario del chiringuito que se va a llamar Chambao, después hay otro con un concepto de franquicia mejicana que se llamará Peyote, y otro orgánico para celíacos que se llama Celicioso, que tiene varios restaurantes en Madrid y en Marbella. Será algo fantástico porque cada vez más gente tiene afición a esta comida.
—¿Cuántos empleos van a generar y dónde se van a alojar los trabajadores del hotel teniendo en cuenta los graves problemas de vivienda que padece la isla?
—Con todos los servicios que hemos hablado unos 300 trabajadores. En ese sentido estamos en una situación privilegiada, como nuestros propietarios estaban proactivos y con una visión de futuro hemos comprado un edificio casi entero con 44 apartamentos donde podemos alojar a nuestros empleados por un precio perfecto y mucho más bajo de los alquileres que hay en Ibiza. Esto para nosotros es la clave del proyecto: tener buenos empleados y darles alojamiento a un precio muy razonable. Desde el principio fue la idea porque si no es imposible. Es una situación muy grave para muchos hoteles y empresas porque muchos trabajadores quieren venir pero no encuentran dónde alojarse. Por eso agradecemos a los propietarios que nos han vendido este edificio que se encuentra además en la mejor zona de Ibiza (Marina Botafoch).
—¿Por qué en Talamanca, miraron otras localizaciones?
—Principalmente porque nuestro concepto es estar cerca de donde pasa todo en Ibiza, que es la ciudad. No hay ninguna zona en Ibiza que tenga una oferta como la nuestra de gran lujo; estás en Ibiza pero estás fuera de la ciudad, no tienes música y tienes un entorno perfecto.
—¿Han mantenido reuniones con las administraciones? ¿Les han pedido algún tipo de inversión para mejorar la zona?
—El ayuntamiento se ha portado fantásticamente bien y esta inversión del hotel será de futuro y todos estarán encantados. Va a ser una gran oportunidad para la zona de Talamanca que hasta ahora no han tenido. Talamanca siempre tuvo el agua súper bien cuidada pero ahora además notarán una diferencia en la calidad con todos los restaurantes y la infraestructura en marcha. Y sin el desagüe (emisario), que es muy importante.
—No habrán pensado en ocupar parte del espacio público como playa privada...
—No ocuparemos espacio público porque crearemos nuestra propia playa entre comillas, fuera de lo que es la playa. Y los lotes de hamacas podrán usarlos cualquier persona. Además los precios van a ser equilibrados para funcionar bien con la isla. También para los clientes externos está el spa, el fitness, la piscina y los restaurantes.
—¿Quiere decir que la oferta y los servicios del hotel no son exclusivamente para un turismo de lujo?
—Para nada, si tenemos casi 600 plazas en los restaurantes para clientes externos necesitamos trabajar con la isla y con cada uno de vosotros para que venga gente de la isla y no solo turistas. Es cierto que el concepto Nobu es caro, es así porque la cadena tiene otro concepto y productos de Japón, pero tenemos otros como el Peyote o Chambao que son conceptos perfectos para todo el mundo y no de precios de locura.
—¿Qué expectativas de ocupación manejan para su primera temporada?
—Las máximas [risas]. El primer año siempre es complicado. Va muy bien la venta, nos hemos recuperado bastante bien de la pérdida de tiempo hasta que hemos lanzado la marca Nobu, pero siempre es complicado. Pinta bien, pero tenemos que luchar por cada cliente.
—¿Se plantean abrir toda la temporada?
—No, sería un placer abrir todo el año, como para todos los que estamos en la isla, pero si las infraestructuras y conexiones aéreas nos lo permitieran. A partir del segundo año abriremos desde mitad o finales de abril hasta mitad o finales de octubre.