PSIB y Més deberán resolver este fin de semana qué pasa ahora con la Conselleria de Transparencia, después de que Més per Menorca decidiera ayer salir del Govern. Hay dos opciones sobre la mesa y la primera de ellas pasa por su desaparición de forma que sus competencias queden redistribuidas entre las conselleries ya existentes.
Cultura quedaría adscrita a Educació, en manos del socialista Martí March; Esports y Joventut iría a Turisme, en manos de Biel Barceló, y Transparència pasaría a estar gestionada por la consellera de Presidència, Pilar Costa. La otra opción pasa por mantener la Conselleria y que esta quede en manos del PSIB. Las incógnitas también alcanzan a IB3.
Reparto de fuerzas
El reparto de fuerzas entre las dos formaciones también deberá reequilibrarse en función de los apoyos parlamentarios de ambas formaciones. Hasta ahora se consideraba a los dos Més, el de Mallorca y el de Menorca, una unidad a la hora de negociar. Més per Mallorca tiene 6 diputados y Més per Menorca tiene tres, lo que a ojos del PSIB sumaban 9 diputados. Ahora se quedarán con 6 y el PSIB mantendrá sus 14 más el conseguido en alianza con Gent per Formentera.
La decisión sobre el reparto de la Conselleria o sobre el nombramiento del nuevo conseller es, en cualquier caso, el menor de los problemas ya que las dificultades se trasladan del Govern al Parlament.
De los 59 diputados que hay en la Cámara, el nuevo Govern tendrá el respaldo directo de 21, lo que representa poco más de un tercio del total.
A estos 21 diputados se suma el apoyo externo de los ocho de Podemos y los tres de Menorca, imprescindibles para aprobar cualquier ley. Ello significa que a las complicadas negociaciones que ha mantenido el Govern con Podemos para la aprobación de los Presupuestos se suma ahora un nuevo elemento de inestabilidad con la negociación paralela que deberá mantener con los tres diputados de Més per Menorca.
Manos libres
Además de la negociación sobre los Presupuestos, el Parlament tiene ahora entre sus manos leyes fundamentales que deberá negociar con sus socios, como la de Vivienda o la de Urbanisme, pero una de las claves de la nueva etapa serán las leyes turísticas, especialmente la más espinosa de todas: la que regula el alquiler vacacional.
Esta es precisamente la ley estrella de Biel Barceló, a quien desde Menorca se censura su deslealtad. También hay mucho malestar con algunos consellers socialistas y con diputados de esta formación ya que desde Mes per Menorca se considera que se les ha ridiculizado.
Hace meses que Més per Menorca iba dando pistas sobre su malestar, con la presentación de iniciativas propias que han sido despreciadas por sus socios, como la reforma de la Ley Electoral para rebajar a tres por ciento los votos mínimos para entrar. Més puede usar ahora este tipo de propuestas para negociar mejoras en los Presupuestos.