Los usuarios que tienen que comprar medicamentos a la calle Anníbal de Vila se quejan de la dificultad que encuentran para acceder en vehículo al barrio de la Marina, especialmente en determinados días festivos en los que las farmacias de esta vía son las únicas que están abiertas en todo el municipio.
Tras la peatonalización del centro de la ciudad, los accesos a Dalt Vila y la Marina han sufrido diferentes cambios de ubicación que han generado confusión entre los usuarios que, en muchas ocasiones, desconocían las calles por donde debían entrar con el coche. La entrada a ambos barrios, además, se restringirá todavía más a partir de ahora, ya que, a excepción de los vecinos, solo estará permitida la entrada a los vehículos en un determinado horario de carga y descarga.
Los farmacéuticos de la calle popularmente conocida como de ‘ses farmàcies' se hacían ayer eco de las quejas de los usuarios. Pablo Sánchez, de la farmacia Juan Antonio Marí Tur, aseguró que «la gente no sabe muy bien cómo puede entrar».
También Cheickh Lekbir, auxiliar de la farmacia Tur Viñas, se refirió a las críticas «generalizadas» por la dificultad en los accesos: «Hay mucha gente que viene con niños enfermos y no pueden pasar con el coche».
Preguntado por esta cuestión, el alcalde de Vila, Rafa Ruiz, dijo desconocer las quejas de los usuarios en este sentido aunque insistió en que el Ayuntamiento «escuchará todas las peticiones de comerciantes y vecinos» cuando acaben las obras en el centro de la ciudad y se instale el punto de acceso definitivo a la Marina. A este barrio solo se puede acceder ahora por la calle Comte del Rosselló en la que está ubicada una garita donde actualmente hay un vigilante de seguridad a la espera de que se licite el sistema de barrera automática que leerá las matrículas de los vehículos y que el Consistorio quiere implantar.
Rafa Ruiz afirmó que el nuevo sistema de control «todavía no está definido» y, aunque restringirá el tráfico rodado, permitirá el paso de los usuarios de las farmacias de guardia. «Hasta ahora, cuando ha habido una urgencia siempre se ha dejado pasar y se controlará para que siga siendo así», aseguró.
El alcalde atribuyó las actuales dificultades al personal temporal que se está haciendo cargo de los accesos hasta que se implante el sistema definitivo y que, según dijo, tienen «mucha presión» porque deben atender los constantes cambios circulatorios por las obras.