Un total de 25 escalones separan la plaza de es Martell del mirador con vistas de 360 grados al puerto de Vila que corona el nuevo edificio que ayer se abrió al público después de casi cinco meses de obras.
Los trabajos, sin embargo, continuaban al mediodía y los obreros de Acciona encargados de reformar la plaza, por culpa de un retraso del proveedor, todavía estaban instalando los numerosos bancos que se distribuyen en la escalinata del edificio y alguna baldosa estaba suelta por las prisas en acabar las obras en la fecha prevista.
Siguiendo a pie de obra el fin de los trabajos estaba Toni Girard, uno de los ingenieros que ha dirigido las obras, y que destacaba «el cambio brutal» de es Martell tras su remodelación. «El edificio ha creado un polo de atención y va a ser un punto de encuentro», comentaba.
La remodelación, que incluye la plantación de una treintena de árboles, sobre todo moreras y bellasombras, permitirá que las escaleras del edificio se conviertan en una grada ante la cual se instalará un escenario donde se celebrarán actos públicos. Además, está previsto que sobre la pared que alberga el ascensor para discapacitados que asciende hasta el mirador, se puedan realizar proyecciones.
El presidente de Autoritat Portuària de Balears (APB), Joan Gual de Torrella, acudió también a la apertura del edificio y a la paella que la entidad preparó en agradecimiento al esfuerzo de los 150 obreros que han trabajado intensamente en los últimos meses para que las obras estuvieran listas al inicio de la temporada turística.
Gual se mostró satisfecho por el resultado de la remodelación y defendió un edificio cuya construcción ha levantado durante los últimos cuatro años un polémico debate entre la sociedad ibicenca. «Un espacio totalmente diáfano habría sido disuasorio para la gente. El edificio crea perspectiva y, cuando los árboles crezcan, dará pie a celebrar muchos actos públicos», afirmó.
Tras la apertura de la reformada plaza de es Martell, el siguiente paso, según explicó Gual, será seguir construyendo el paseo hasta la actual ubicación de la estación marítima de Formentera, de manera que a finales del 2018 podría estar estar listo. El presidente de la APB señaló que las obras del paseo no podrán comenzar hasta el año que viene porque antes se tiene que llevar a cabo el proyecto de sustitución del actual colector del puerto, unos trabajos que realizará el Ministerio de Medio Ambiente y que previsiblemente comenzarán el próximo invierno.
Los plazos para la reforma del puerto de Vila se han alargado por la decisión de ubicar la estación de Formentera en el actual muelle de pescadores, que se trasladarán finalmente a los muelles comerciales, al igual que el varadero. De hecho, estos cambios han obligado a volver a redactar el Plan de Usos del puerto.
Gual de Torrella no quiso avanzar el diseño de la continuación del paseo portuario hasta que muestre los planos al Ayuntamiento de Vila. Lo único que comentó es que el paseo se hará por módulos y no se tendrá que esperar a que esté construida la nueva estación marítima. «Lo que se pueda hacer se hará y cuando esté construida la nueva terminal, se tirará la antigua y se seguirá haciendo el paseo. No esperaremos a que esté todo despejado para hacer el paseo», aseguró.
Según los plazos marcados por APB, el año que viene se realizará la licitación de la estación de Formentera y las obras se harán en el 2019.
En cuanto a la estación de es Botafoc, Gual señaló que el proceso será «más rápido», ya que, en breve, se conocerá el proyecto ganador que, posteriormente se licitará para que comiencen las obras.
Unos metros más allá, la dársena de Levante, remodelada también en las últimas semanas para mejorar los amarres, está ya preparada para recibir los primeros megayates. Marieke Dijkhuis, directora general de Sovren Ibiza Marina, presente también en la inauguración oficiosa de es Martell, explicó que ya tienen un 25 por ciento de los amarres reservados durante el mes de junio aunque la dársena no se abrirá hasta la semana que viene. Sovren insistió en que se han descartado las mamparas y que solo se acordonará el espacio en las maniobras de desembarque para garantizar la seguridad en el puerto.
LA NOTA
Limpieza del monumento
El polvo acumulado durante tantos meses de obra han pasado factura al centenario monumento a los Corsarios, que pide a gritos una limpieza de cara para situarse a la altura del flamante nuevo entorno.
Este monumento, inaugurado en 1915, se levanta en espacio portuario pero, al ser sufragado por donativos de la gente, pertenece a los ciudadanos de Ibiza, por lo que el Ayuntamiento será el encargado de realizar un informe para evaluar el estado del monumento y realizar después las tareas de restauración.