Los hoteleros de ses Figueres llevan varios días pidiendo soluciones a los vertidos de aguas residuales que desembocan al final de la playa de Talamanca y que ocasionan un fuerte olor que molesta a los vecinos y los turistas que llenan los establecimientos hoteleros en plena temporada.
Natalia Marí, directora del hotel Ses Figueres, reclamó al Ayuntamiento de Eivissa que limpie esta zona situada frente a su local, la Bodeguita de Talamanca y el Bakus donde, además, se acumulan grandes cantidades de posidonia muerta que, según dijo, no se retiran desde hace años. «La gente se queja del olor, sobre todo con el viento porque se hace insoportable», comentó.
El presidente de la Asociación de Vecinos de Talamanca, Pepe Colomar, lamentó la «mala imagen» que dan esta clase de vertidos en la zona, sobre todo en plenas fiestas de Sant Joan y en un momento en que todos los establecimientos han abierto ya sus puertas para la temporada. «Los hoteles y restaurantes se han preocupado en adecentar sus instalaciones, en pintar y arreglarlo todo y el Ayuntamiento nos tiene abandonados», criticó.
Los hoteleros han trasladado el problema a la concejala de Turismo de Vila, Gloria Corral, que se reúne periódicamente con los hoteleros del municipio y que ayer pudo comprobar de primera mano el alcance de los vertidos. Corral explicó que, aunque esta cuestión no entra dentro de sus competencias, trasladará la queja al departamento municipal de Medi Ambient para acabar con el problema.
Accesos abiertos
Por otra parte, los accesos a la playa de Talamanca, cerrados por las obras de sustitución del antiguo emisario, ya se han abierto al tráfico a la altura del bar Flotante. Estos trabajos, que se prevé que terminen a finales de mes, se acotan ahora a unas pequeñas zonas que están valladas y que no impiden la circulación de los vehículos.
El principal problema de vecinos y hoteleros de Talamanca es, en estos momentos, la falta de aparcamiento. Según señaló Colomar, se trata de una cuestión de «falta de voluntad política», y de aceptar la propuesta que hacen de que los terrenos cedidos para instalar el material de la instalación del nuevo emisario se habiliten tras las obras como zona de aparcamiento con una capacidad para 300 vehículos.