Gran Hermano cumple la mayoría de edad la próxima temporada con una renovada edición de la mano de una ‘Revolution' con la que intentará recuperar la mayor cantidad de espectadores posible tras 18 ediciones donde no ha habido demasiados cambios en el formato que reside en la casa de Guadalix. Para ello ha comenzado un nuevo casting por España que ayer recaló en el Hotel Sirenis La Goleta de Platja d'en Bossa para conocer a los aspirantes.
Sobre las 10.00 de la mañana, hora señalada para el comienzo de las entrevistas, la cola no era demasiado larga pero contaba con gente que había viajado a Ibiza con este objetivo específico, con residentes e ibicencos. Muchos de ellos llevaban allí desde las 05.00 ó 06.00 horas de la madrugada y otros habían dormido sólo un par de horas. Teo Vázquez, encargado de vigilar el acceso al hotel y de que la cita se llevara a cabo sin problemas, aseguró que «cuando llegué esta mañana ya había unas 30 o 40 personas».
Rocío Parra, una de las seis integrantes del equipo de producción y redacción del programa que se desplazó a la isla con el fin de celebrar este certamen, afirmó que como el casting no requería de inscripción previa no podían cuantificar la cantidad de postulantes que decidieran presentarse hasta las 20.00 horas de ayer. Y comentó que los participantes rellenan en ese momento un formulario con sus datos, se les da un número, van entrando de 3 en 3 a una prueba que dura unos 15 minutos y que aproximadamente en un mes se pondrán en contacto con ellos en caso de haber sido seleccionados.
Blanca, valenciana de 23 años afincada en Ibiza por «amor», comentó a PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA tras la prueba que «el casting fue muy bien, muy relajada. Entramos 3, los tres en fila y nos preguntaron cosas como a quién de los otros dos nominarías, a quién echarías de la casa, que te definieras en una palabra, una virtud y una afición, si tienes pareja, qué harías en la casa... dura unos 15 minutos. Creo que tengo posibilidades, igual que toda la gente».