Punta Galera no cuenta solo con unas impresionantes vistas al mar desde su acantilado sino que, además, tiene sus propios puestos de venta ambulante. Entre decenas de personas que se acercan cada día para disfrutar de este rincón de Sant Antoni encontramos un puesto de mojitos y otro en el que lo mismo te curan una picadura de medusa como te ofrecen un masaje o incluso un menú del día. Prácticas que se repiten cada año y ante las que el Ayuntamiento de Sant Antoni está actuando. Fue ya en septiembre del año pasado cuando el Consistorio desmanteló el puesto, limpió la zona y denunció a la persona que reside en la cueva y que este año vuelve a estar ocupándola. De hecho, este verano ya se ha retirado material y limpiado la zona hasta en tres ocasiones y todavía están previstas otras tres antes de que finalice la temporada, según explicaron ayer desde el propio Ayuntamiento.
Por su parte, el ‘mojitero' que ha instalado su puesto en un rincón de la cala denuncia el trato recibido por parte de un Ayuntamiento al que acusa de no hacerse cargo de la limpieza de la zona. «Cada día saco tres o cuatro bolsas de basura por el bien de Punta Galera porque nunca ha venido nadie a hacerlo», denunciaba ayer aún sabiendo que su «chiringuito de mojitos» no cumple con la normativa.
A escasos metros se encuentra el hombre que ya fue denunciado hace unas semanas y que lleva tres años residiendo en la cueva. Su caso difiere un poco del del hombre que vende mojitos porque sus productos y servicios no tienen un precio fijado sino que dependen de la voluntad de los visitantes. Lo mismo puedes comprar una bolsa de sal por dos euros que recibir un masaje por cincuenta céntimos.
Una situación que afecta a muchos turistas que se quejan al ver cómo un espacio público está ocupado por un puesto que no paga licencias y que se «aprovecha» de una ubicación complicada que no tiene establecimientos cercanos.