José Juan Boned preside desde hace una década la Asociación de Vecinos de ses Figueretes, una de las más activas de la ciudad. Fundada en 1979 su propósito es conservar en óptimas condiciones el barrio y realizar actividades para los vecinos con el objetivo de «llegar donde normalmente las adminstraciones no llegan».
— ¿Cuál es la principal reclamación de la asociación?
— Las reclamaciones que tenemos son una continuidad de lo de siempre. Ses Figueretes es un barrio consolidado desde hace años que ha ido creciendo y, a fecha de hoy, es un barrio amplio y con una densidad de población importante. Entonces, las reclamaciones que hacemos son de mantenimiento, de arreglar cosas que se han devaluado como el paseo, que ahora dicen que lo tirarán adelante, o temas de limpieza y jardinería.
— Parece que por fin se llevará a cabo la reforma del paseo de ses Figueretes. ¿Llevan mucho tiempo esperándolo?
— Habría que hablar con la administración para saber porqué se atascan. Cada vez que hay un cambio de gobierno no sirve lo que ha hecho el anterior y si hay diferentes administraciones aún se atascan más. Este paseo depende de Fomento, pero también entran las administraciones de aquí y Costas y cuando metes varias administraciones juntas es un poco complicado llegar a buen puerto. Al final quién sufre somos los vecinos, que somos los que hacemos uso del paseo. No quiero dar la culpa a uno u otro pero si todos fueran a una se lograrían muchas más cosas que si no fueran poniéndose la zancadilla.
— ¿Entienden que hayan tardado tanto?
— Tenemos las depuradoras atascadas, tenemos una ciudad que es Patrimonio de la Humanidad en la que todo el mundo se queja, tenemos el Parador parado... Entendemos que toda Ibiza es turística y todos los partidos políticos tendrían que ir a una y no veo que vayan a una.
— ¿Cuáles son los principales problemas que presenta el barrio?
— Problemas graves a día de hoy, ninguno. Simplemente mantener en estado óptimo lo que es el barrio en temas de limpieza, de jardinería, el paseo o la playa, que está incluida en el núcleo urbano. Ese es el objetivo: mejorar lo que tenemos.
— Los empresarios también están poniendo de su parte con reformas de establecimientos. ¿Le están dando un impulso al barrio?
— Está claro. Hubo una época que había un poco de abandono. Algunos empresarios usaban la técnica de ‘tierra quemada': construían, se aprovechaban y cuando había que reformar lo vendían. A fecha de hoy, los empresarios de ses Figueretes están optando por reformar, mejorar la calidad y atraer un público que en otras partes ha dejado de ser efectivo. Aquí el turismo familiar está ganando peso, es una zona que está cerca del puerto, tenemos la playa delante, hay servicios y mucho turismo familiar ha venido a esta zona porque en otros sitios como Sant Antoni no les resulta un aliciente tan bueno.
— ¿Qué actuaciones de mejora se han realizado en los últimos años en ses Figueretes?
— A parte de los particulares que están haciendo reformas, la administración podría hacer cosas puntuales. Con la reforma del paseo se prevén mejoras en la playa como instalación de baños. El alcantarillado, por ejemplo, se ha quedado un poco atrás porque se tendría que separar de las pluviales. No es un problema inherente de ses Figueretes, sino de la ciudad que ha ido creciendo y lo que antes era bueno ahora ha quedado superado. No hay que hacer obra nueva pero lo que tenemos conservarlo en óptimas condiciones.
— En general, ¿se sienten escuchados por las administraciones?
— Sí, siempre nos escuchan, otra cosa es que nos hagan caso. Llegan hasta donde llegan. Hay temas que no tienen que ver con el dinero. El dinero es la excusa, pero el tema de limpieza, la jardinería o el mantenimiento de las aceras no creo que sea un problema de dinero. Podar una planta o barrer la calle no tiene nada que ver con temas económicos. Las empresas que se dedican a esto cobran y a nosotros se nos pasa el recibo de basura cada año.
— Entonces, ¿cree que hay falta de implicación?
— La gente tiene que ser un poco consciente que hay que conservar las cosas. No se puede ir haciendo grafitis o llevar los perros y no recoger sus ‘minas'. La gente tiene el deber de comportarse bien, pero la administración tienen la obligación de mantener la ciudad.
— La asociación de ses Figueretes es una de las más activas de la isla. ¿Qué actividades realiza durante el año?
— Mantenemos una duplicidad de actividades. Por un lado, tenemos la asociación, que organiza las fiestas de agosto o de Sant Joan, el Carnaval o los Reyes Magos y, por otro lado, tenemos la Biblioteca, que funciona paralelamente pero trabajamos unidos. Durante el año se hacen muchas actividades a lo largo del año como talleres de randa, aulas de verano, bailes de salón, ajedrez, tango, talleres infantiles o de cómics. También tenemos el Club de Lectura, que este año hicieron el pregón de las fiestas.
— ¿Cuál es el secreto de la asociación para promover tanta actividad?
— El secreto es que hay una directiva implicada y una base de voluntariado de vecinos que trabajan gratuitamente para tirar adelante el barrio. La administración no se da cuenta que dejamos nuestra familia y nuestro trabajo para hacer cosas en el barrio y, encima cada vez nos piden más cosas. Las gestiones cada vez son más farragosas y en vez de simplificar, cada vez se hace más cuesta arriba tirar adelante el barrio porque la gestión burocrática te atasca mucho.
ACTIVIDAD
La Biblioteca, un pilar entre los vecinos de ses Figueretes
José Juan Boned destaca la función que realiza en el barrio desde hace 15 años la Biblioteca Pública de ses Figueretes, por la que han pasado más de 5.000 personas en el último año. Está gestionada por la asociación de vecinos y, aunque funciona paralelamente, trabajan conjuntamente para tirar adelante las actividades que realizan a lo largo del año. Boned recuerda que requiere «mucho esfuerzo mantenerla» y más cuando la administración «paga tarde y mal», aunque destaca el papel que tiene dentro del barrio. A través de la Biblioteca se organizan multitud de actividades para todos los públicos, como talleres, clases de baile, cursos de ajedrez o aulas de verano. También destaca el Club de Lectura que este año se encargó de leer el pregón de las fiestas.