Síguenos F Y T I T R
Rostros de la sanidad

Montserrat Viñals: «Necesito trabajar con cosas que me ilusionen y me motiven»

Montserrat Viñals. | Marcelo Sastre

|

Afable y cercana. Así es Montserrat Viñals Gigena, que llegó a España con poco más de 2.000 euros, cuatro maletas, su marido y dos hijos huyendo de la crisis argentina en 2002. «Empecé desde menos de diez en España», recuerda. Estuvo más de un año en situación ilegal en Barcelona y cuando consiguió la homologación de sus estudios trabajó de lo suyo: la medicina. Encontró una oferta de trabajo en Ibiza, en la Policlínica, y aquí sigue con su familia dedicándose a aliviar el dolor.

Empezó en la Policlínica, pero después fue a Can Misses.

__Al año de trabajar en la Policlínica salió plaza en la Seguridad Social y me fui a Can Misses pensando que iba a tener plaza de interinidad, en propiedad, pero me equivoqué.

¿Qué pasó?

__Decían que iba a trabajar menos y ganar más, pero no. Trabajaba el doble y ganaba lo mismo que compañeros que trabajaban la mitad.

No fue muy positiva su experiencia.

__En Oncología sí, porque me tropecé con el dolor. Necesito cosas que me ilusionen, que me motiven. Trato de hacer ver a mis hijos que no vean la comida en el plato de los demás sino en el suyo, pero miras a la derecha y a la izquierda y ves que la que única que está tirando del carro eres tú. Intenté con el equipo de anestesistas abrir una Unidad del Dolor, que había en Palma y en Menorca. La respuesta de los anestesistas de Can Misses era que no podían. Nunca hay momento para abrirla. En las jornadas que hacemos cada año volvió a surgir el tema. Creo que es cuestión de voluntad. Hablé con Pilar Rapún, que lleva Cuidados Paliativos de Can Misses, de la que aprendí mucho de lo que sé del dolor,y le propuse que la abriera, pero me dijo que no podía. La jefa de Anestesia tiene ganas, pero se que le faltan recursos humanos.

¿Los médicos se olvidan del dolor?

__Sí, lo ven como algo secundario, como un efecto de la enfermedad pero llega un momento en que el dolor es una enfermedad.

¿Cómo fue su primer día de trabajo en Ibiza?

__Empecé en Urgencias trabajando en la Policlínica y tuve un problema con el idioma, con el castellano. Vino un paciente con un mano catastrófica y me dijeron que se la había cogido con un muelle. En Argentina es el sitio donde llega un barco pero aquí se llama también a los amortiguadores de los coches.

¿Su mejor experiencia?

__El primer paciente de dolor. El agradecimiento por lo que hacíamos. Era un paciente operado dos veces de la columna y quedó con el síndrome de la espalda fallida.

¿Y la peor?

__Cuando tuve que irme de Oncología porque ya había suficiente oncólogos y no me necesitaban. Me ofrecieron un contrato eventual renovable pero yo mantenía mi casa y mi marido estaba jubilado. Volví aquí y les propuse abrir la Unidad del Dolor y me dijeron que sí.

¿Qué le aporta su trabajo?

__Mucha satisfacción. Hay compañeros que me dicen que tengo que encontrar otras cosas que me hagan ilusión como pintar y cantar. Creo que me faltaría tiempo. Llevo hasta una estadística de la Unidad del Dolor desde el minuto cero hasta el día de hoy. Cuando llego a casa pongo el ordenador al lado de la tele de mi marido para que no se sienta abandonado.

¿Su marido no le dice que baje el ritmo?

__Mucho, pero también ve que es lo que me crece, que me da satisfacción.

¿Es una buena costumbre tomar un analgésico cuando a uno le duele la cabeza?

__Si es un dolor puntual sí, pero cuando deja de ser puntual hay que acercarse al médico de cabecera. En el dolor de cabeza hay muchas causas. El mayor síntoma en la población es la insatisfacción y si el médico es un poco abierto, se vuelca.

¿A usted le pasa mucho?

__Sí, pero lo que hago es colgar lo que llevo del trabajo en el árbol de la puerta de casa y cuando salgo de mi casa al día siguiente vuelvo a ponérmelo. Es difícil. Llevo dos teléfonos móviles, por si alguno se queda sin batería.

¿Alguno de sus hijos quiere seguir sus pasos?

__La pequeña, de 17 años, quería ser veterinaria desde que tenía siete años y hace un año me dijo que quería ser médico. Es un orgullo como madre, pero era más fácil ser médico hace 20 años que ahora.

Pero parece que es un buen trabajo.

__Sí, depende de como te lo tomes. Hay que tomarlo con mucha responsabilidad y entrega, pero a veces lo que te llega no es igual. Es como en todas las profesiones, se han perdido muchos valores y yo quiero que mis hijos sean felices. Si elige Medicina, que sea una rama en la que se sienta satisfecha.

¿A qué se hubiera dedicado si no hubiera elegido Medicina?

__Un delfín [risas]. Yo me lo pregunto también. Volvería a ser médico, pero quizás hubiera hecho Anestesia para hacer dolor, pero para eso uno tendría que saber cosas que se aprenden en el camino. Me encanta la Medicina Interna y creo que me ayuda para el diagnóstico de lo que le duele al paciente.

Lo más visto