Unas treinta personas, entre voluntarios y personal del Ayuntamiento de Sant Antoni, participaron ayer por la mañana en una jornada de limpieza realizada en la zona de cala Salada.
En esta ocasión, el trabajo no se llevó a cabo en la zona de la playa sino en sus cercanías, los bosques y torrentes. Un lugar que, tal y como aseguró el primer teniente de alcalde y concejal de Medi Ambient, Pablo Valdés, «se ha convertido, desgraciadamente, en una zona muy habitual para que los vecinos del pueblo arrojen su basura, sus escombros o lo ya no necesitan».
La limpieza se llevó a cabo a iniciativa del Motoclub de Eivissa y Formentera y el Ayuntamiento puso a su disposición el material necesario, además de los camiones necesarios para trasladar lo encontrado. En total fueron tres los camiones, dos partieron al vertedero durante la mañana de ayer y otro lo hará esta mañana, y entre otras cosas, los voluntarios encontraron electrodomésticos, neveras, sillas, productos de plástico, rejas, barbacoas, puertas, ventanas y muchos cristales. Y la mayor parte de todo ello en un avanzado estado de descomposición y oxidación.
Una vez limpia la zona, Pablo Valdés aseguró a este periódico que la intención es limitar el acceso del tráfico rodado a la zona e impedir que se puedan verter basuras. Para ello, de momento, se está valorando poner unas piedras grandes en el camino.
Por último, el primer teniente de alcalde de Sant Antoni animó a todos los vecinos a seguir el ejemplo del Motoclub de Eivissa y Formentera. Para ello, sólo hay que ponerse en contacto con el ayuntamiento indicando la zona que se quiere limpiar y el consistorio aportará los guantes, las bolsas y los camiones y contenedores necesarios e invitará a un refrigerio.