Agentes de la Policía Nacional detuvieron ayer en Ibiza a un joven de 33 años que el miércoles pasado salió de prisión por un delito reiterado de quebrantamiento de condena y que ha sido nuevamente arrestado, acusado de amenazas y coacciones a su expareja.
El detenido, que ha cumplido una condena de seis meses de cárcel, tenía en vigor una nueva orden de alejamiento, pero según las fuentes consultadas, el joven desconocía este hecho porque desde los juzgados no se le notificaron las medidas que le habían sido impuestas.
Fuentes policiales indicaron que desde que salió del centro penitenciario de Ibiza el joven ha estado llamando y enviando múltiples mensajes a su expareja. El ahora detenido también habría intentado encontrarse físicamente con la víctima.
El joven de nacionalidad argentina fue interceptado ayer en plena calle de Ibiza y trasladado a la comisaría de Vila para comunicarle su situación, señalaron fuentes policiales.
No obstante, al no estar notificada la orden de alejamiento, no se le puede imputar un nuevo quebrantamiento, pero sí un delito de coacciones y amenazas. Fuentes policiales indicaron que el detenido pasará hoy a disposición judicial para declarar ante el juez por estos nuevos hechos. Tras realizar diversas comprobaciones, los agentes corroboraron que el detenido no había recibido la nueva notificación judicial.
Seis quebrantamientos
En las últimas horas también se ha registrado un caso que guarda muchos paralelismos con el de este joven argentino. En este caso fue la Guardia Civil quien detuvo a un joven de 20 años que también acumula media docena de quebrantamientos de condena.
Fuentes de la investigación explicaron que el joven, de nacionalidad colombiana, fue arrestado tras cometer un nuevo quebrantamiento de la orden de alejamiento que tiene respecto a su expareja.
Los dos casos son supervisados por la Policía Nacional ya que las víctimas residen en Ibiza. Los dos pasarán hoy a disposición judicial.
EL APUNTE
Coacciones y amenazas a través de llamadas y del WhatsApp
Los casos de coacciones y amenazas a través de mensajes telefónicos o en redes sociales son una de las situaciones que persiguen las unidades especiales de las fuerzas de seguridad que también se encargan de realizar un seguimiento pormenorizado de los casos y de la situación de las víctimas.