Durante la celebración del día grande de Santa Agnès que se llevó a cabo ayer al mediodía no faltó de nada. El primaveral sol provocó que una gran cantidad de vecinos de diferentes puntos de la isla como Jesús, Santa Eulària, Sant Antoni o Vila, se acercaran a disfrutar de la misa, la procesión, el ball pagès, el vino de la tierra, los bunyols y el desfile de carros que contó con hasta 25 vehículos como paso previo a comer con amigos o familia en algún restaurante de la isla.Mariano Llusia, de Sant Antoni, y miembro de la comisión de carros y carrioles que lleva 12 años participando en fiestas tradicionales señaló a este medio que «queremos recuperar el desfile de carros en las fiestas que se había dejado de hacer y la gente está muy contenta. Un día como hoy tenemos que hacer mucho trabajo para prepararlo todo, limpiar los animales y los carros... Si los animales son más viejos se ponen menos nerviosos porque tienen más experiencia. El truco es dos o tres días antes engancharlos al carro y dar un paseo. Aunque igualmente se ponen nerviosos porque a veces la gente les deja muy poco sitio para pasar». Ante la falta de tiempo para preparar los animales y los carruajes, los más jóvenes no toman el relevo, en su mayoría. No es el caso de Esteban y José, hijos de María, que llegaron a Santa Agnès desde Sant Carles para continuar con esta tradición que practicaba el padre de María. Orga, la yegua de la familia, de 17 años de edad, vino de Barcelona y lleva dos años disfrutando de este tipo de eventos que ahora protagoniza la nueva generación de la familia Colomar, para ello «debemos limpiar las guarniciones, al caballo... preparar todo un día antes para el día del desfile tener todo listo. Lo bonito es mantener viva la tradición mientras dure. Si no vamos inculcando a los nuevos jóvenes llegará un punto que todo será Playstation».
Santa Agnès no puede concebirse sin sus árboles frutales. Una leyenda muy antigua cuenta que un señor muy adinerado que tenía su hija tan enferma que se encontraba a punto de morir sin ver la nieve; para darle el gusto en vida plantó los almendros para que cuando florecieran estuviera todo blanco, esta es la forma en la que se supone que los almendros poblaron el Pla de Corona. La presidenta de la AA. VV. de Santa Agnès, María Ferrer, adelantó que una de las cosas más importantes a señalar de estas fiestas es la fiesta de la almendra, que se llevará a cabo el 17 de febrero con el fin de dar a conocer el producto que «es de Santa Agnès pero también de toda Ibiza; la gente tiene que entender que no puede llevarse una ramita con flores de los árboles cada vez que viene porque esas son almendras que se pierden». Además, no hay que olvidarse de la Fiesta de la Sitja los días 23, 24 y 25 de febrero, «donde recuperamos las tradiciones del campo de Ibiza, haremos carbón, resina y cal».
Como el pueblo de Santa Agnès de Corona no tiene colla, todas las collas del municipio de Sant Antoni aportaron miembros al grupo que ayer participó de la celebración del día grande del pueblo. Por cierto, Ferrer comentó un dato curioso que mucha gente desconoce: «Santa Agnés de Corona, recibe este nombre porque según cuentan si uno se paraba en el centro de la plaza del pueblo al mirar a su alrededor se daba cuenta de que las montañas forman una corona».
Por otra parte, ante la ausencia del Obispo de Ibiza y Formentera el padre Vicente, párroco de Sant Joan, Sant Llorenç y Sant Vicent, fue quien presidió la misa durante la cual ayer se acabaron las hostias gracias a la gran cantidad de público que colmó la pequeña iglesia situada en el corazón del pueblo.