La noticia de un cáncer en la familia siempre suele ser devastadora. Es una enfermedad que asusta por igual a los que la padecen y a los familiares. Si además el diagnóstico es de un niño, todo parece mucho peor.
Pero no tiene por qué ser así. Los más pequeños afrontan los problemas con una sonrisa, algo que hace mucho más llevadera la enfermedad. Por eso ayer, con motivo del Día Internacional del Niño con Cáncer más de 20 personas, entre niños y padres, se reunieron en Son Espases para alzar la voz y decir bien alto que el cáncer se puede superar.
Manifiesto
La reunión fue muy emotiva, y los asistentes se acordaron de algunos de los niños que no pudieron asistir a la reunión, por estar bajos de defensas y no poder exponerse a los virus del resto de personas de la sala.
Estaba previsto que se efectuase la lectura de un manifiesto por parte de tres pequeños luchadores de once años, Bernat Casasnovas, Xesca Pujol y Emma Frau aunque la última no pudo asistir por estar con gripe y optó por enviar la lectura en vídeo. Las reivindicaciones de este año se centraron en la ampliación de la edad de admisión en las unidades pediátricas, ya que actualmente los adolescentes con 15 años pasan a la unidad de oncología de adultos. Los padres aseguran que «con esa edad, están más cerca de ser niños que adultos», y pretenden que se amplíe hasta los 18 años.
Pedro Pujol, padre de Xesca, una de las pequeñas que leyó el manifiesto, explicó a este diario que «es una iniciativa muy buena porque un cáncer infantil no es igual que el cáncer de un adulto. Entre otras cosas, se reivindica que tienen que estar acompañado de los padres».
Tiana Arcila es otra de las pequeñas que lucha contra el cáncer. Su madre, Alina Rodríguez, explicó que «el acto fue muy bonito, dos pequeños han leído un manifiesto muy bonito pidiendo cosas muy necesarias para los niños con cáncer. Ha sido emocionante». La madre de Tiana explicó además que «a nuestros hijos les viene muy bien relacionarse con otros niños que tengan cáncer, y entre las mamas lo impulsamos. El cáncer es algo muy complicado para ellos».
Antònia Moll es la madre de Bernat Casasnovas. Asegura que «es una manera de informar a la gente, yo no sabía nada sobre el cáncer hasta que le tocó a mi hijo». Para finalizar, explicó que está orgullosa de haber escuchado a su hijo leer pero sobre todo, porque ya se ha curado. Bernat y su madre vuelven, por fin, a casa.