Los casos de tosferina, otra de las enfermedades que aparecen en el registro de enfermedades obligatoria ha aumentado pasando a diez frente a los tres de 2016. El volumen de casos no es muy elevado pero el jefe del Servicio de Vigilancia Epidemiológica, Toni Nicolau, hace hincapié en la relación de este aumento con el rechazo de la vacunación. «No son muchos casos pero es interesante constatar que de esos diez casos, la mayoría se han presentado en forma de brote, en ámbitos familiares, de padre a hijo, y de los tres que tenemos en Ibiza, dos afectaron a personas antivacunas, porque rechazan la vacunación, no es por dejadez. Es verdad que ha pasado en otros sitios y este año curiosamente ha pasado en Ibiza», dijo. De hecho, el rechazo de las vacunas puede que resurjan otras enfermedades ya prácticamente desaparecidas. «Por suerte no ha habido muchos casos pero es un problema que puede llegar a más. Son colectivos muy vulnerables al no estar vacunados», advirtió.
La tosferina se incluye dentro del calendario de vacunación infantil. Precisamente en el nuevo calendario que se puso en vigor a partir de enero de 2017 contempla cambios que afecta a varias vacunas, entre ellas la tosferina, que antes se administraba a los niños en las edades de 2,4, 6 y 18 meses y que con el nuevo se han reducido a tres las dosis que administran a la edad de 2, 4 y 11 meses.
Centro insular
La detección de los casos de tosferina se incluye dentro del registro de enfermedades obligatorios del Servicio de Epidemiología que tiene varias cauces para detectar las enfermedades e incluirlas en el registro. En el caso de Ibiza y Formentera toda la información se recoge a través de la Unidad de Epidemiología del centro insular de Ibiza de la Dirección General de Salut Publica y no se incorpora ninguna información de Pitiusas hasta que no sea validada por el equipo, una médico y una enfermera. Los canales de información pueden ser muy variadas. Hay enfermedades de declaración numérica de alta incidencia, como la gripe, la varicela o el herpes zoster, que son remitidas semanalmente por el fichero electrónico del Servei de Salut. Otras son de baja incidencia, que no hay muchos como la meningitis, que cuenta con varios modos de detección; el más habitual es que el médico, publico o privado usen unos protocolos específicos por cada enfermedad, aunque el médico se le puede olvidar declarar «porque tienen mucha presión y se les pase notificarlos».
Ante esta situación, Epidemiología tiene otros mecanismos para detectarlos. Cada tres meses se le pide los listados de casos de enfermedades de declaración obligatoria, como hepatitis A o tosferina, a los laboratorios de Microbiología de los hospitales para cotejarlos con los datos de los que tienen desde Epidemiología. Además de los laboratorios, utilizan otras estrategias para recuperar los casos y es a través del análisis de los diagnósticos de alta hospitalaria y que solo se hace en los hospitales públicos. «Queremos que el registro sea lo más exhaustivo posible y minimizar el riesgo de que se nos escapen casos», finalizó el jefe del Servicio de Epidemología.