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Oposición | Continúa la polémica por el nuevo albergue de Vila

«Vila solo nos informa de las decisiones del albergue cuando ya están tomadas»

Algunos vecinos confían en que la oposición gobierne tras las próximas elecciones y paralice el proyecto

El antiguo retén de la Policía será demolido a partir de octubre para iniciar las obras del albergue. | Daniel Espinosa

| Ibiza |

Los vecinos y comerciantes del Eixample Nou achacan la «falta de diálogo y consenso» a la situación generada por el Ayuntamiento de Vila en relación a la construcción del nuevo albergue. En este sentido, Daniel Ferrer, vicepresidente de la Asociación de Vecinos y Comerciantes, destacó que «siempre» ha habido un diálogo unilateral por parte de Vila en el que «nos han ausentado». Ferrer criticó así que «el Consistorio solo nos informa de las decisiones cuando ya están tomadas».

Además, la asociación es consciente de que la demolición del antiguo retén de la Policía Local de Vila, en la calle Vicent Serra i Orvay, es irrevocable. «Si ellos, que son los que gobiernan, toman unilateralmente esta decisión, nosotros solo podemos asumirlo», añadió el vicepresidente.

En este sentido, explicó que el equipo de gobierno ha jugado con el «factor tiempo», refiriéndose a las elecciones de mayo de 2019. «Es un factor determinante, pero nosotros seguimos expectantes porque aún están trabajando en el desarrollo administrativo del proyecto. Cuando éste se haga público será el momento de ver si se puede hacer algo o no».

Aún así, Ferrer dice que están «en manos» de sus abogados para intentar, en la medida de lo posible, defender su postura. «Dentro de las escasas posibilidades que tenemos para evitar su construcción vamos a intentar que no se ejecute».

«Proyecto estrella»

Según explicó Ferrer, el nuevo albergue es el «proyecto estrella» del departamento de Benestar Social, un proyecto que ha pasado de ser una reforma del actual edificio a una obra completamente nueva. «No hay que olvidar que en un primer momento se nos vendió esta solución como óptima porque era de bajo coste. Al principio solo se trataba de reformar lo que había y, sin embargo, nos hemos encontrado con una demolición y lo que ello conlleva».

En esta línea, la obra, que está presupuestada en 1,4 millones de euros, «debería estar abierta a escuchar propuestas y ubicaciones que pudiéramos presentar», señaló Ferrer, «pero se ha hecho de esta manera».

La realidad es que la asociación está a favor de que exista un albergue de estas características en la isla ya que consideran que se trata de un servicio social «muy necesario»; aún así no están de acuerdo con la ubicación elegida por Vila.

«Hay zonas que están medio desiertas, no como este barrio en el que están construyendo edificios nuevos, una estación de autobuses...», señaló uno de los empresarios del Eixample Nou. En esta línea, dijo que «trasladar el ambiente de la zona de Cáritas al núcleo del municipio es una mala idea».

Maribel, empresaria también, confía en que en las próximas elecciones cambie el equipo de gobierno y «paralicen» el proyecto. «Normalmente la gente de los albergues suelen ser personas con problemas y puede que trasladen esos problemas a nuestro barrio», añadió.

Aún así, la gran mayoría critica a Vila por no contar con su opinión. «No son conscientes de que aquí se va a crear otra zona más como la de Cáritas, se va a ensuciar otro barrio sin sentido alguno», dijo Sandra, dependiente de una tienda de la zona. «Aún así, van a hacer lo que quieran y el resto nos tenemos que adaptar».

Un vecino del Eixample Nou aconsejó al equipo de gobierno que «deje de gastarse el dinero en chorradas y doble el presupuesto destinado a lo que de verdad importa». Se refirió así a las ayudas para bienestar social que, muchas veces, «se quedan cortas».

Por su parte, el vicepresidente de la Asociación de Vecinos y Comerciantes recordó que, desde el primer momento, han ofrecido al Consistorio alternativas que no se han tenido en cuenta. «Les hemos hablado de edificios que sean de su propiedad y que no estén ubicados en el núcleo urbano», explicó Ferrer. «Incluso convocamos un referéndum y el 98% de los que votaron se oponían al albergue. Hablo de casi 400 personas que votaron que ‘no' en cinco horas en un día laborable», añadió.

Ferrer consideró que la respuesta vecinal es «clara, concisa y contundente», y señaló que, aunque las esperanzas son escasas, seguirán insistiendo para evitar que el proyecto vea la luz. Sin embargo, desde Vila concretaron que la tramitación del proyecto ya encara la recta final y las obras comenzarán en octubre. De este modo, el albergue municipal no estará terminado hasta finales de 2019.

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