El último informe de Reporteros sin Fronteras analiza la realidad de los periodistas en todo el mundo y también en España. Dice que en nuestro país la libertad de prensa ha empeorado, básicamente por la situación en Cataluña. Gran número de periodistas de medios no independentistas han sufrido linchamientos en las redes sociales y algunos han sido incluso agredidos físicamente o intimidados. Es notorio que la situación allí es extremadamente tensa y que los informadores son objeto de la ira de mucha gente, sobre todo cuando hay movilizaciones y se realizan conexiones en directo.
Hay quien identifica a un periodista con el medio para el que trabaja y cree que aquel comparte forzosamente su línea editorial, cuando tal cosa no es así en absoluto como todo el mundo puede comprender. Pero eso no evita que haya quien piense que todos los que trabajan en TV3 son independentistas y que los compañeros que lo hacen en TVE votan al PP y por eso la gente les increpa según con quién se topen en las manifestaciones. En absoluto es así.
Digo todo esto porque últimamente hay bastantes políticos en las Pitiusas que están muy animados denunciando una supuesta pérdida de derechos, que hablan de censura y que así animan la percepción de que en España no hay democracia, sino una especie de sucedáneo del régimen de Franco evolucionado para que parezca un Estado de Derecho que no es tal.
Me resulta irónico que muchos de quienes así se expresan, en las instituciones donde ostentan cargos públicos hayan impuesto vetos a este medio de comunicación y no quieran nunca o casi nunca, colaborar con nosotros ni atender a lo que se les pide, facilitando nuestro trabajo. Y eso también es empeorar la libertad de prensa o no entender el papel que los medios de comunicación desempeñan en una sociedad democrática.
Obviamente que cada cual es libre de hacer o no hacer declaraciones. Pero no es correcto decir que a equis medio de comunicación no le voy a hacer declaraciones "nos tiene inquina". Porque eso es vetar. Recuerdo hace años cuando el PP decidió vetar a los medios del Grupo Prisa. Se montó un escándalo y al poco tiempo tuvieron que rectificar porque fue peor el remedio que la enfermedad. Pues debo decirles a nuestros lectores que hay políticos que tienen vetado a este medio. Y eso no va en detrimento de nuestro trabajo, o eso intentamos, pero sí supone una falta de respeto inaceptable a la libertad de prensa y aún más grave, a nuestros lectores.
Vamos a trabajar para que las cosas cambien, pero si no lo hacen habrá que poner cara a quienes así actúan, porque no es admisible a estas alturas que se impongan vetos. Y aún menos que lo hagan quienes censuran a otros actitudes antidemocráticas. Con tamaña hipocresía no vamos a permanecer callados.
Todos contra los jueces
Comprendo (y en cierto modo comparto) la indigación ante una sentencia (que no es firme, cabe recordarlo y que será recurrida por la Fiscalía y por las partes), que a todos nos parece benévola y cuyos términos no compartimos. Pero podemos deslizarnos peligrosamente hacia no se sabe dónde si pretendemos censurar a los jueces y dictarles lo que deben hacer o no. Incluso hay quien exige que sean inhabilitados, como si eso fuese posible por el contenido de una sentencia. Si así fuera, casi todos los jueces hubieran sido apartados alguna vez, porque es obvio que muchas veces sus decisiones no son compartidas por mucha gente.
Lo grave, a mi juicio, es que haya políticos que se pongan al frente de las protestas. Cada cual es libre de hacer lo que le parezca oportuno, pero bien pudieron el alcalde Rafa Ruiz y algunos de sus concejales evitar todo protagonismo y mezclarse entre los concentrados ante los juzgados de Ibiza el viernes pasado. Prefirieron dejarse ver. Allá ellos.
Dudo que sea lo correcto, porque criticar es muy fácil y juzgar es muy difícil. Y todos los que ahora emiten sentencias, cuando los citen para formar parte de un jurado popular de los previstos en la Ley, maldecirán y buscarán la forma de librarse de esa obligación legal.
Feliz domingo.