A primera hora de la mañana, todo apuntaba a que la lluvia y el viento arruinarían la tan esperada vuelta de Ibiza Spirit Festival pero, como dijeron algunos de los voluntarios de la organización, «finalmente el sol ha salido por nosotros». El acogedor jardín de Atzaró se inundó de una cálida luz que invitaba a los asistentes a participar en las actividades programadas al aire libre y dejarse llevar por el embriagador ambiente de paz y tranquilidad que lo rodeaba.
«Este festival comenzó en 2013 como una pequeña iniciativa para recuperar esta energía que caracteriza a Ibiza, y que atrae a tantas personas de diferentes partes del mundo, para transmutarla en el verdadero espíritu ibicenco, que no es otro que el del amor, la generosidad y hacer del mundo un lugar mejor», confesó Jerry Brownstein, uno de los directores de este evento. Al entrar en el Agroturismo Atzaró Ibiza, uno es capaz de sentir esta energía tan positiva de la que habla Brownstein. Adultos y niños ríen, se abrazan, meditan y disfrutan de este bello enclave del interior de la isla.
El flujo de gente era continuo, desde que comenzara el festival a las 11 de la mañana hasta la medianoche. Con el dinero recaudado de las entradas, 10 euros para los adultos y gratis para los más pequeños, Ibiza Spirit Festival hará una donación a la Asociación de Personas con Necesidades Especiales de Ibiza y Formentera (APNEEF), que el sábado celebró su subasta de arte solidaria. La entrada incluía la inscripción gratuita a todos los talleres y actividades que se llevaban a cabo en las diferentes zonas del festival, a excepción de las terapias y los lectores para las que había que hacer una donación adicional.
En total el programa de este año contó con casi 40 actividades a escoger. En el espacio reservado para Danza y Tantra hubo clases de danzas africanas tribales, danza del vientre y Ecstatic Dance. Decenas de curiosos se reunieron en el área de yoga, junto a la piscina de Atzaró, para contemplar los complicados equilibrios en la clase de Acroyoga. Durante el resto de la jornada se practicaron otras modalidades de yoga, como el Mindfulness o el Kundalini yoga. Muy cerca de allí se realizaron los talleres, charlas y sesiones de meditación, en la que la propia Sabina Brownstein, esposa de Jerry y directora del evento, guió una meditación para conseguir la paz interior. Los asistentes también tuvieron la oportunidad de participar en una sesión grupal de canto sagrado y descubrir el sistema de chakras. En el chill out, además de relajarse en las camas balinesas, se pudo formar parte de actividades especiales acordes con la temática como el yoga de la risa, clases de hula hoop y un viaje sensorial para reconectar con la verdadera esencia de cada uno.
Tras cinco años el festival se consagra con esta edición como uno de los grandes atractivos previos a la temporada. Un actividad para que los residentes puedan adentrarse en un espacio tan prestigioso como es Atzaró y recargarse de energía positiva en una celebración por la vida, la salud y el bienestar. «Queremos acercar a la gente a otras alternativas saludables con las que pueden ser más felices en el día a día. Poco a poco conseguimos cambiar la conciencia de las personas que nos visitan y cada año son más los interesados en venir y compartir con nosotros un día en el que recordamos que entre todos podemos hacer que la vida sea tan bella como en el día de hoy», concluyo Jerry Brownstein.