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Indignación y preocupación entre el personal tras el tercer foco de moscas

Los sindicatos exigen una solución definitiva a este problema y el rescate del servicio

Carlos Rodríguez, del Sindicato Médico, en las instalaciones de Can Misses en una imagen de archivo. | Arguiñe Escandón

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Los representantes del personal del Área de Salud calificaron ayer de preocupante, indignante y grave la situación en el hospital Can Misses tras la aparición del tercer foco de moscas en los quirófanos, que ha supuesto la cancelación de casi medio centenar de intervenciones programadas. Pidieron el rescate del servicio y arremetieron contra la concesionaria, que se encarga del mantenimiento y limpieza del centro sanitario y es, ademas, la que construyó este hospital que se puso en marcha hace poco más de tres años. El Área de Salud ha asumido el control del servicio que gestiona la concesionaria en los quirófanos ya que no les ofrecen fiabilidad y se trabaja para encontrar el origen del problema con las operaciones canceladas hasta el lunes.

Para Rosa Planells, de USAE, representante del colectivo de auxiliares de enfermería, «es una vergüenza que se tengan que cerrar los quirófanos por la infraestructura que se hecho. ¿De dónde salen las moscas? Esto no es una carnicería. Hay una mala infraestructura y la única culpable es la concesionaria. Hace años que se tenía que haber rescatado». En su opinión, el problema «no se resolverá hasta que no se metan de lleno para saber dónde está el foco». De hecho, apuntó a la proximidad del servicio de Cirugía Mayor Ambulatoria con los quirófanos como una de las causas. «Hay duchas y no hay un buen desagüe; tendrían que cerrar y hacer obra para saber de dónde viene, es un hospital que tiene tres años y ha costado mucho dinero», dijo.

Auditoría y derivar pacientes

Carlos Rodríguez, del Sindicato Médico, apunta a un defecto estructural la aparición de los insectos y reclama que se haga una auditoría. «Nos parece muy grave. Es una situación dramática. Los pacientes necesitan una atención de calidad máxima y esto no lo es, supone una angustia para alguien que tiene que operarse y cuando llega el día le dicen que no porque se cierra, eso es inaudito e inaguantable». Rodríguez tilda a Can Misses de «hospital aeropuerto» ya que el arquitecto del proyecto diseñó varios aeropuertos. «El hospital se construyó con defectos, porque esto que ha pasado tiene que ser un defecto estructural». El Sindicato Médico exige «que se resuelva una vez por todas; tendría que haber una auditoria externa para que detecten el origen del problema» e incluso propuso su cierre temporal «adecuando los viejos quirórfanos de nuevo, mientras tanto no se da una solución definitiva a este problema».

Para Rodríguez se trata de «una situación indignante, no podemos perjudicar a los pacientes», proponiendo que se les ofrezca la posibilidad de derivarlos a la privada o a Mallorca. «Hay que buscar una solución definitiva para que se puedan utilizar las instalaciones con todas las garantías». En su opinión, «la culpa no es de la gerente sino el que hizo el hospital, hicieron una birria; nos metimos en un berenjenal debido al coste enorme».

Noticia nacional

Pedro Campillo, de UGT, opina que el sistema sanitario público tendría que rescatar el servicio, «que vuelva a ser un hospital público como hizo la nueva ministra de Sanidad, Carmen Montón, con el hospital de Alzira».

Campillo lamenta la imagen que se proyecta del hospital. «No es de recibo que sea la tercera vez que se tenga que cerrar. Can Misses es mucho más que las moscas en los quirófanos, no merece ser noticia nacional». En su opinión, «algún tipo de irregularidad tiene que haber en los informes que presentan, no detectan el foco y provoca que suspenda 47 intervenciones».

Tanto Satse y CSI-CSIF consideran positivo que la Gerencia del Área de Salud haya asumido el control de la gestión del servicio de mantenimiento, de limpieza y desinfección, «esperemos que se solucione y vamos a darle una oportunidad”, dijo Luis Apolinar, del CSI-CSIF. «Las actuaciones que están tomando nos parece correctas, apoyamos y pensamos que las medidas son adecuadas», añadió Ester Prats. Apolinar, no obstante, tachó de «fatal y grave» esta situación. Recordó que desde la junta de personal se pidió explicaciones de lo que estaba pasando en otras situaciones. «La Gerencia ha estado hablando con los sindicatos de que se va a sancionar a la concesionaria pero no se sabe el origen del problema. Si esta gente no tiene capacidad para llevar el mantenimiento de un quirófano, tendrán que hacer algo para recuperar los servicios». María Fernández, de CCOO, espera que «de alguna manera inmediata se vaya a solucionar, pero no sabemos de donde surge el fondo, ni desde cuándo». Desde el Área de Salud calificaron ayer los hechos como graves, «se nos dijo una cosa y en el plazo de diez días ha vuelto a suceder», dijeron. Además, expresaron su preocupación por los pacientes a los que pidieron disculpas por el retraso en las intervenciones. Dentro de esta crisis por los quirófanos, ayer se desplazaron desde Palma el director Asistencial del Ibsalut, Atanasio García, y el subdirector de Atención Hospitalaria, Francisco Cárceles.

«Tibieza de la Conselleria»

Para el coordinador de la comisión de Sanidad del PP, Luis Conill, ya no se trata de un hecho «puntual», en referencia a la aparición de moscas hace diez días, «si no que ya estamos encadenando un caso tras otro, que nos lleva a exigir que la Consellería sea diligente y responsable con esta situación». Desde el PP han tenido conocimiento de que las moscas aparecidas eran de varios tamaños, lo que indica que su ciclo vital es diferente y, por lo tanto, han estado entrando desde fechas distintas. Conill lamentó «la tibieza con la que Conselleria de Salut ha abordado este tema» y asegura que desde Mallorca se está dejando que la concesionaria acumule incidencias mientras «se mira para otro lado».

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