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Vecinos y comerciantes estallan contra los «problemas endémicos» de Cala Vedella

Algunos vecinos y comerciantes opinan que hay que cerrar al tráfico la calle Castelldefells, que pasa por delante de la playa, excepto para residentes. | Daniel Espinosa

| Eivissa |

Vecinos, comerciantes y turistas de Cala Vedella están que trinan con los problemas enquistados en esta privilegiada zona del municipio josepí, antaño calificada como «una de las mejores playas de España para nadar, entre colinas y aguas cristalinas». La mayoría de ellos coinciden en señalar que «los problemas son muchísimos y llevaría mucho tiempo enumerarlos». No es una cosa que venga de ahora.

El grave problema de los malos olores de la depuradora, que gestiona la promotora UMSA (la misma que está siendo investigada por la promoción Vadella 64) y que está afectando también al mar, masificación turística después de años de construcción desenfrenada, problemas generados por el tráfico y el ruido, falta de aparcamiento, falta de agua corriente de calidad (el agua que sale del grifo es completamente salada), entre otros asuntos no resueltos.

Varios vecinos de la zona aseguraron a Periódico de Ibiza y Formentera estar cansados de la situación y de que el Ayuntamiento de Sant Josep ignore y no dé soluciones a este conjunto de problemas, para el que algunos integrantes de la Asociación de Vecinos y la Asociación de Comerciantes de Cala Vedella reclama «un plan integral».

Los problemas más urgentes que hay que resolver, aseguró una vecina de la zona, son «la depuración y un alcantarillado como toca, porque de lo contrario los residuos van al mar, es una rueda que no para y que da muchos problemas» afirmó.

Esta opinión coincidió con la de un trabajador de uno de los restaurantes de la zona, que explicó que por las noches el mal olor de la depuradora es «insoportable». No solo eso, como los vertidos van al mar el agua se vuelve amarillenta, lo que provoca muchas quejas entre vecinos, turistas y bañistas. Dos parejas de turistas españoles que llevan visitando Cala Vedella desde hace más de treinta años, coincidieron en señalar que «esta cala ya no tiene nada que ver con lo que fue cuando veníamos antes y uno de los graves problemas es el exceso de construcción, así como la masificación». En los meses de julio y agosto, explicaron con resignación, ya no visitan la isla porque «ya no vale la pena estar».

Problemas endémicos

Uno de los comerciantes de la cala explicó a este periódico que los problemas están ahí independientemente del color político del equipo de gobierno. Este empresario cita la depuración de las aguas, los vertidos en el mar y la carretera que pasa por delante de la playa como los principales. «Es una auténtica vergüenza que en Cala Vedella, una de las mejores calas de la isla, aún estén circulando coches por en medio de la cala», señaló. En su opinión, la solución pasa porque el equipo de gobierno apruebe un plan a corto y medio plazo para abordar los diferentes puntos y que se mantenga en el tiempo independientemente de la formación política que gobierne en el consistorio.

Otra vecina del municipio coincidió al señalar el problema de la circulación como uno de los principales y apostó por cerrar a turistas la zona el carrer de Castelldefells, enfrente del restaurante Can Jaume.

Cuando se hizo la reforma de Cala Vedella Norte que finalizó en marzo de este año se cerró la carretera mientras duraron las obras, por lo que solo se podía acceder a la playa por la carretera sur, «¿por qué motivo no pueden cerrar entonces aquel tramo de carretera de delante de la playa, que no deja de ser playa, que debería ser todo arena?», reflexionó la vecina. «Pues porque hay muchos intereses de por medio», se respondió a ella misma.

Esta vecina aseguró que este solucionar este problema debería estar entre los objetivos principales del Ayuntamiento. En su opinión, el tráfico se podría reconducir detrás del restaurante Can Jaume, donde ya se ha hecho una rotonda, de modo que los coches y autobuses no puedan circular enfrente de la playa, además generan «mucho ruido y polvo». En este sentido, es tanto el ruido que se genera también por las noches que algunos vecinos aseguraron no poder dormir y descansar bien. Reclamamos «seguridad, tranquilidad y bienestar para los vecinos», denunciaron.

La depuradora

Sobre la depuradora, una de las quejas más frecuentes entre vecinos, turistas y empresarios, un vecino matizó que la depuradora no es tal, sino que «lo que tenemos son fosas séptimas y en primera línea de playa». Unas fosas séptimas controladas por la promotora UMSA y que, al ser privada, no pueden ir a visitar porque «no dejan pasar a nadie», denunciaron. Cuando la balsa queda desbordada por todo lo que tiene que abarcar los residuos van directamente al agua, con el grave perjuicio que supone tanto para el ecosistema como para la calidad de vida de los vecinos, así como por el perjuicio que genera para el turismo, por las consiguientes críticas de los turistas.

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